La foto de su brazo herido ya es conocida en toda España. "Un abrazo con deseos de pronta recuperación a Marcos, guardia civil de Asturias herido de bala durante un atraco", publicaba el martes la cuenta de twitter de la Benemérita. Marcos Aguirre, es el nombre completo del protagonista de la imagen. Nació en Grao, lleva en la Guardia Civil desde 2008 y está destinado en Arriondas tras pasar el grueso de su carrera en él Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) de León. De hecho, volvió a trabajar a su Asturias natal -ahora reside en Gijón- apenas hace unas semanas, el 11 de octubre. "Vaya recibimiento he tenido en mi regreso", bromea. El martes vivió su experiencia más fuerte: interceptó junto a dos compañeros a los atracadores de Cangas de Onís y recibió un impacto de bala. Aún así, en su relato mantiene un sorprendente tono de normalidad.

- Cuente, ¿cómo comenzó la más que ajetreada jornada del martes?

-Sobre las nueve y diez recibimos una llamada de la central mi compañero y yo diciendo que había un atraco en la sucursal de Cajastur de Cangas de Onís y que podía haber gente dentro. En ese instante paramos el vehículo. Estábamos en la zona de Arriondas. Nos ponemos el chaleco antibalas y vamos lo más rápido posible a Cangas de Onís (está a 8 kilómetros de Arriondas).

- ¿Y una vez allí, en el lugar del atraco?

-Llegamos donde la sucursal y lo primero que nos encontramos es a un compañero del puesto de la Guardia Civil de Cangas parapetado en una esquina y, lo primero que nos indica, es que siguen dentro de la oficina. Se baja mi compañero, coge el lado izquierdo de la sucursal, me protege mientras me dirijo con mi vehículo a cortar la avenida principal (avenida de Covadonga), la que da a la puerta de la oficina. Estaba llena de coches y de gente, que no sabía lo que estaba pasando eso en el banco.

- ¿Y en qué momento se encuentra con los atracadores?

-Justamente cuando voy a parar el vehículo casi delante de la sucursal veo cómo salen los dos atracadores, uno con las manos en alto y el otro detrás, con dos pistolas. No dio tiempo a nada. Me encañonó, y empezó a dispararme a mí y al compañero. Nada más que vi que me encañonó pegué un acelerón al vehículo y salí de la zona de fuego. Mientras me alejaba me seguía disparando y sentía los disparos en la parte de atrás del coche. Aparqué el vehículo a 25 o 30 metros. Me bajé, me parapeté en la parte de atrás y desde ahí respondí al fuego. En ese momento se metió dentro de la sucursal y el otro, que salía con las manos en alto, se tiró al suelo boca abajo y se quedó inmóvil. Luego le indicamos que se retirara de la zona para que lo detuvieran otros compañeros que estaban más pegados a él.

- Y dentro de esa secuencia, una bala le toca su brazo derecho, causándole una herida.

-Cuando me alejaba, uno de los impactos atravesó la luna y me pegó en la zona del hombro. Noté el impacto y casi que hasta me alegré porque sabía que me había dado en el hombro y no en otro lado.

- Pero no quiso abandonar la intervención pese a estar herido. ¿Qué se le pasó por la cabeza entonces?

-Sí, estuve un cacho parapetado junto al coche hasta que llegaron más compañeros y ordenaron que se me atendiera. Lo hicieron "in situ" en una ambulancia y, posteriormente, fui al hospital, donde me limpiaron la zona, me cortaron la carne quemada y me pusieron ocho o nueve puntos de sutura. Luego volví otra vez a la zona del suceso. Era mi deber, ¿qué hacía en el hospital de Arriondas? Allí no pintaba nada y a lo mejor en la zona del atraco podía ayudar en algo, aunque ya estaba todo muy bien controlado. Y, la verdad, me sentía mejor allí que en el hospital.

- ¿Alguna vez se había tenido que enfrentar a una situación de este tipo?

-Llevo nueve años en la Guardia Civil y nunca había tenido un caso como éste. Había estado trabajando en el grupo de antidisturbios, en el GRS (Grupo de Reserva y Seguridad), donde te enfrentas a situaciones difíciles, haces entradas en edificios y otras situaciones diferentes. Pero nunca viví una cosa parecida a ésta, con disparos y atracadores. Nunca habíamos vivido algo así, tan grave.

- ¿Cómo lleva eso de que puedan llamarle "héroe"?

-No me siento héroe, me siento un guardia civil más. Creo que tanto mis compañeros como yo hicimos lo que teníamos que hacer: no pasó nada, los rehenes salieron ilesos, que era lo más importante, y a la gente de la localidad no le ocurrió nada. Pudiera haber ocurrido una desgracia, porque si salen y empiezan a realizar disparos a la gente que andaba por allí o a los vehículos... Podía haber sido una catástrofe.