El atracador que se suicidó el martes tras disparar indiscriminadamente con dos pistolas contra los agentes que trataban de detenerle y que se atrincheró en la sucursal de Liberbank con tres rehenes durante tres horas, fue incinerado ayer en el tanatorio de Miranda de Ebro, después de ser trasladado desde el Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde se realizó la obligatoria autopsia. El atracador, de 59 años, se descerrajó un tiro en la cabeza instantes después de liberar a los tres rehenes, cuando un grupo de agentes, pertrechados con un escudo antibalas, se dirigía hacia la sucursal para asaltarla. Eran las doce y cuarto del mediodía del martes. El personal de una UVI móvil trató de reanimarlo por espacio de una hora, aunque finalmente se le dio por fallecido a la una y cuarto de la tarde. Hoy viernes, a las cinco y media de la tarde, se celebrará un funeral por el fallecido en la parroquia de Santa Casilda de Miranda de Ebro (Burgos), su ciudad natal.