Asturias tiene "buenas experiencias" en materia de cuidado y devolución de osos al medio natural. Lo afirma Guillermo Palomero, presidente de la Fundación Oso Pardo (FOP), quien señala el camino seguido con dos osas, "Lara" y "Villarina", como ejemplos a seguir en el caso del osezno herido capturado el miércoles en Cantabria. "Lara" y "Villarina" fueron curadas y liberadas de nuevo en su hábitat, e incluso hay constancia de que la primera de ellas se ha reproducido. Estas dos experiencias pueden servir como guía a las autoridades de Cantabria para conseguir el objetivo que se han marcado: curar al "esbardu" herido y devolverlo a la vida silvestre.

Claro que hay asimismo una experiencia diferente, pero que también puede servir como aprendizaje: la de la osa "Molina", capturada en Degaña, que, tras su liberación, tuvo que ser recapturada porque regresó a zonas habitadas y fue trasladada a un cercado osero de Proaza, donde permanece en la actualidad.

El osezno herido que deambuló durante semanas por varios pueblos de la comarca de Liébana, en Cantabria, generando gran expectación entre los vecinos, ya se recupera en un centro público de rehabilitación, tras ser capturado por un grupo de tramperos expertos del Ministerio de Medio Ambiente. Está en "buen estado", pese a que presenta una herida en su pata delantera izquierda y todavía es pronto para aventurar si se recuperará por completo, según el Gobierno de Cantabria, que ya ha anunciado que su objetivo es curar al animal y devolverlo al medio natural.

Mientras tanto, la Fiscalía de Cantabria investigará el origen de las heridas del "esbardu" y el paradero de su madre. El animal pesa 31 kilos y descansa ya en el centro de recuperación de la fauna silvestre de Villaescusa, junto al parque de la naturaleza de Cabárceno. Es el primer habitante de la nueva instalación para grandes mamíferos, que se inauguró el año pasado y que le costó al Ejecutivo cántabro 78.000 euros.

Dos meses y tres días hicieron falta para capturar al osezno, bautizado hace días como "Trasgo", pero al que ahora el Gobierno de Cantabria ha decidido llamar "Beato" por su origen y porque se está celebrando el Año Jubilar Lebaniego.

Fueron dos meses de "seguimiento intensivo", mediante un operativo que incluyó la instalación de cámaras de vídeo. Tras el seguimiento del animal por las zonas en las que se le había visto deambular, se dejó comida para fijarlo. Ese trabajo previo permitió su captura en la tarde del miércoles por los tramperos.

Los veterinarios del centro de recuperación anestesiaron al osezno con las "máximas garantías" para su salud y realizaron una primera monitorización para comprobar que tenía las constantes vitales correctas. A continuación se instaló en la localidad de Tama un hospital de campaña.

Allí se le realizó un estudio más exhaustivo y se comprobó su "buen estado" general. Los especialistas le hicieron una primera cura en la herida, que podría ser una rotura. El Gobierno de Cantabria se propone ahora conocer la causa de esa lesión del plantígrado, y trasladar los datos a la Fiscalía de Medio Ambiente y a la Guardia Civil, que han estado informadas desde el primer momento del operativo.

Ángel Serdio, jefe de servicio de Conservación de la Naturaleza, que dirigió la operación, señaló que, además de recuperar la lesión del animal, el objetivo es que pueda ser "liberado al medio natural con garantías". Añadió que en el nuevo recinto de Villaescusa el contacto del osezno con los cuidadores será mínimo, lo que evitará que el animal se habitúe a la presencia de personas.

La Fundación Oso Pardo celebró que se haya capturado al osezno "con rapidez y limpieza", pero lamentó que no se hubiera hecho en noviembre, cuando se activó durante unos días el dispositivo de captura, posteriormente suspendido. "Una acción decidida en aquel momento habría evitado un posible proceso de habituación del animal" a la presencia humana y la "alarma social generada en el pueblo de Cambarco" durante los cuarenta días en los que el operativo permaneció suspendido, a pesar de las insistentes peticiones de la FOP y otros colectivos y sectores implicados en el medio ambiente.

Aunque considere que se ha perdido "un tiempo importante", la FOP cree que la "prioridad" debe seguir siendo "intentar devolver al osezno al medio natural, siempre y cuando los veterinarios consigan curar la herida de su pata y aconsejen su retorno a la libertad".

En el caso de que sea posible su reintroducción, la FOP considera que el animal deberá estar radiomarcado para seguir sus movimientos ya que "hay un alto riesgo de que vuelva a acercarse a los pueblos", como ocurrió con "Molina". Si finalmente no fuera posible que el osezno fuera recuperado en su medio, las condiciones de cautividad tendrían que cumplir "las mejores garantías de bienestar animal".