La apología de la "cultura de pacto" y de la "generosidad" que la vicepresidenta del Gobierno hizo ayer en Oviedo pudo haberse interpretado a la luz de la noticia del día. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, acababa de registrar en el Congreso de los Diputados un proyecto de presupuestos para el que el Ejecutivo del PP no tiene suficiente con los apoyos que tiene. Necesita "cultura de pacto" con el PNV.

Mientras llega, o no, y aprovechando que presidía la toma de posesión de Mariano Marín como nuevo delegado del Gobierno en Asturias, Soraya Sáenz de Santamaría quiso destacar que en su proyecto "el Gobierno hace una importante apuesta por Asturias y sus necesidades en materia de infraestructuras". Celebró que los 215 millones de euros en inversiones de Fomento suponen un incremento de un 19,5 por ciento respecto a las del año pasado y que en los 127 millones que se destinan al ferrocarril la diferencia con 2017 es positiva "en un 40,4 por ciento".

Sáenz de Santamaría hizo expreso hincapié en la conexión de Asturias a la red de alta velocidad ferroviaria, a las recientes licitaciones de obras pendientes en la Variante de Pajares y al "empeño del Gobierno" en hacerla realidad con los 86,4 millones en su diseño de cuentas. En lo que va de año, sumó, "se han invertido 132,7 millones de euros"; en total, desde el inicio de las obras en el lejano año 2005, la cuenta a 28 de marzo da un total de 3.460 millones de euros.

Después de situar en el seis por ciento el incremento de la inversión prevista en carreteras, la vicepresidenta del Gobierno pasó a repasar la siguiente lección de los problemas pendientes de Asturias, el despoblamiento y el vaciado de lo rural. Festejó en ese punto que sea el suyo el Ejecutivo que "por primera vez ha situado este problema en la agenda prioritaria de un Gobierno" y volvió al diseño de los presupuestos, a los incentivos que identifica para la fijación de población. Mencionó el alza de los recursos para dependencia, el "cheque guardería" que deduce hasta mil euros los gastos de escolarización o el incentivo para la adquisición y alquiler de viviendas en municipios de menos de 5.000 habitantes. Entró en Asturias mencionando la conexión de este problema con el de la desconexión digital del campo y anunció una inversión en la región de 13,4 millones de euros en cuatro años para contribuir al objetivo de tener todas las localidades conectadas a redes de al menos trescientos megas en el año 2021. Añadió "más de 45 millones en un plan de internet de alta calidad y uno nacional de territorios inteligentes dotado con cincuenta".

Cuando llegó a este punto del desmenuzado de las cifras más ventajosas del proyecto de presupuestos, Soraya Sáenz de Santamaría ya había dejado en la Delegación del Gobierno una apreciable batería de elogios para la evolución de la economía asturiana. Dejó "fuera de toda duda la lealtad de esta comunidad y de sus ciudadanos con el proyecto común y con la unidad de España" y se dijo asimismo complacida con su "vigoroso" crecimiento económico reciente. Destacó que sea Asturias "la segunda autonomía que más creció en 2017, un 3,5 por ciento, frente a la media nacional del 3,1", que configura la mejor tasa de crecimiento de la región desde 2003 y que duplica la de 2016. Le agrada asimismo el 14,6 por ciento de la tasa de empleo al final de 2017, "dos puntos por debajo de la media", pero puso su confianza en que "el refuerzo de la coordinación" entre las dos administraciones en el terreno de las políticas activas de empleo les ayude a atajar mejor el gran problema del paro juvenil.