-¿Usted qué dieta sigue?

-Yo sólo como berzas.

-¿Y cómo las come?

-Hombre, como todo el mundo: con morcillas, chorizo, lacón...

Esta conversación, muy real, fue mantenida tiempo atrás por un paciente del Hospital de Cabueñes, de Gijón, que había sufrido recientemente un infarto de miocardio, con su cardiólogo, José Miguel Vegas. Este último fue quien contó el sucedido. Y lo hizo ayer, en el transcurso de la presentación de tres guías con recomendaciones para el cuidado de la salud cardiovascular. El acto se desarrolló en la sede de la Consejería de Sanidad, en Oviedo, y contó con la participación del titular de Sanidad, Francisco del Busto, y representantes de las ocho sociedades médicas que han participado en la elaboración de las guías.

Dos de los documentos están dirigidos a personas que padecen enfermedad coronaria e insuficiencia cardiaca. La tercera, destinada a la población general, incluye indicaciones y pautas para mantener una dieta cardiosaludable. Globalmente, las patologías cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en Asturias: en 2016 originaron el 32 por ciento de los fallecimientos.

Los médicos presentes en el acto subrayaron la importancia de que la población general conozca algunas pautas elementales para prevenir la enfermedad cardiovascular y el manejo de este tipo de episodios en el caso de que surjan. Habida cuenta del carácter repentino y grave de muchos de estos eventos, una reacción acertada o errónea puede ser decisiva. Por ejemplo, en el caso de que surja un dolor torácico, "no hay que acudir nunca directamente a un centro sanitario, sino llamar al teléfono de emergencias 112 y seguir las recomendaciones que le den", explicaron los facultativos.

Otra recomendación que contraviene algunos mitos instalados en el imaginario social señala la conveniencia de no recurrir a la cafinitrina de forma demasiado alegre. "Hablamos del típico caso de una persona que sufre un mareo en el portal de su casa, y que su vecino le da la cafinitrina de su mujer, pensando que es un ataque cardíaco. Esa pastilla hipotensa aún más", indicaron los facultativos. Una tercera advertencia acerca de modos de decir sobre la salud que, según los médicos, carece de fundamento: "Cuando alguien se toma la tensión, es alta, pero se tranquiliza a sí mismo diciendo que 'está compensada'". Según los facultativos, "la hipertensión es hipertensión". Y, según las nuevas guías, "los valores de tensión arterial sistólica, 'la alta', deben ser menores de 140 mmHg en consulta o de 130-135 mmHg en domicilio".

Del Busto presentó las guías -escritas en un lenguaje asequible- como "un ejemplo de la estrecha colaboración que mantiene la Consejería con las principales sociedades científicas y profesionales con representación en Asturias para conseguir una medicina de mayor calidad y más centrada en las necesidades reales de los pacientes". El presidente de la Sociedad Asturiana de Cardiología, Jesús María de la Hera, enfatizó "el esfuerzo de muchas sociedades científicas" a la hora de elaborar este material, y destacó la importancia de la prevención y de la coordinación entre los médicos de los hospitales y los de los centros de salud.

Además de la Sociedad Asturiana de Cardiología, han colaborado en el diseño de las guías un grupo de profesionales de siete entidades médicas: Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Sociedad Asturiana de Medicina Familiar y Comunitaria (Samfyc), Sociedad Asturiana de Hipertensión y Riesgo Cardiovascular, Sociedad de Geriatría y Gerontología del Principado, Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, (SEMG-Asturias), Sociedad Asturiana de Medicina Interna y Sociedad Asturiana de Diabetes, Endocrinología y Nutrición. Todas ellas se han comprometido a recomendar estas pautas.