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Los estudios artísticos en el Principado Artes Escénicas

Crear personajes para conocerse mejor

La nueva generación de jóvenes actores de la ESAD Asturias ultima los ensayos de las dos obras que esta semana pondrán la guinda a sus cuatro años de estudios superiores

Crear personajes para conocerse mejor MARCOS LEÓN

Suenan las "Divinas palabras", de Valle-Inclán, en una de las salas de ensayo de la Escuela Superior de Arte Dramático de Asturias. La ESAD es un mundo académico en buena medida desconocido; estudios superiores de interpretación que para el próximo curso se verán complementadas con los de dirección de escena y dramaturgia.

Se vive ambiente de estreno. Pasado mañana, día 23, la mitad de los alumnos que finalizan estudios tras el cuarto curso escenificarán el genial esperpento de Valle Inclán, una obra coral, profunda, complicada y excesiva.

A pocos metros, en otra sala, el resto de los estudiantes de cuarto que finalizan periplo académico, ensayan "Fuenteovejuna", obra en verso y una de las cumbres dramáticas de Lope de Vega. Será estrenada el próximo sábado, día 26. En ambos casos la representación tendrá lugar en la Universidad Laboral, sede de la ESAD.

"Divinas palabras" y "Fuenteovejuna" son los trabajos fin de grado de estos 24 jóvenes que componen la nueva generación de actores y actrices asturianos, aunque en el grupo haya representación de otras comunidades. En primer lugar porque no abundan las escuelas superiores de arte dramático (doce públicas en España), y en segundo término porque la de Asturias con sede en Gijón tiene pedigrí, buena fama.

LA NUEVA ESPAÑA ha vivido junto a los alumnos una mañana de ensayos de las dos obras que verán la luz esta semana. En primera línea, frente a los actores y actrices, los gestos se agigantan, los pequeños errores también. La obra fluye bajo la atenta mirada de los profesores. A Francisco Pardo le toca dirigir "Fuenteovejuna". Este ingeniero agrícola dejó su profesión para adentrarse en la docencia dramática "y evitar así una insatisfacción" vital que le había conducido a una actividad laboral no deseada.

Son 22 docentes y 109 alumnos. De aquí saldrán intérpretes pero también docentes e investigadores. Unos estudios muy prácticos (en torno al 75% de la carga lectiva) en los que hay asignaturas de enunciado curioso. La de "Acrobacia y lucha espectacular" se imparte en tercero, la de "Esgrima" en segundo. Hay "Canto", "Indumentaria", un "Taller de teatro del Siglo de Oro", "Caracterización" o "Teoría y práctica del verso".

La profesora especialista en esta última disciplina, Carmen Belén Jiménez, trabaja con los alumnos/actores de "Fuenteovejuna". Cada frase, cada gesto, es repetido hasta dar con el tono exacto. Los alumnos, la mayoría descalzos sobre el escenario, deben gestionar esa tensión acumulada en las repeticiones. "Al final de una mañana de trabajo, salen machacados porque aquí se libera una cantidad muy grande de energía", explica Cristina Suárez, exalumna y profesora de la ESAD, que dirige la obra.

Álvaro Celemín, Carla Martínez, Katerina Falcone, David Merino y Sergio Dosal son alumnos de segundo, tercero y cuarto. Se unen en la necesidad de que los estudios de artes escénicas "superen los estereotipos" creados a su alrededor. "No todo el mundo valora esto". Celemín, alumno de segundo, asegura que tuvo que escuchar la frase de "pero si tú el año pasado eras un tipo normal...". La posible impresión negativa desde el exterior -y desde el desconocimiento- se solucionaría con una visita a la Escuela en día de trabajo.

Joaquín Amores, director de la ESAD, y Nacho Ortega, jefe de estudios, hablan de "ensayo continuo", de "entrenamiento que conforma el 90% del trabajo en escena, mientras que el resto lo da la creatividad". Y así, los profesores asumen que "hay funciones que salen más técnicas y otras que salen más emocionales". Pero la emoción excesiva hay que embridarla, "y eso también se ensaya".

"Hay días buenos y días menos buenos, pero tenemos que gestionar las emociones, aprender a trabajar con ellas porque a fin de cuentas asumimos que el espectador paga hoy lo mismo que va a pagar mañana por su entrada y no puede estar pendiente de cómo tengas tú el día". Hay coincidencia entre alumnos y profesores.

En cada comienzo de curso aterrizan en la ESAD unos 25 alumnos. Cristina Suárez explica que suele haber más demanda que oferta "y es preciso hacer una prueba de acceso". Sencilla, dice. Los jóvenes que logren matricularse tienen por delante un reto, que incluye conocerse más y mejor a sí mismos. "El objetivo es ser competentes en comunicación y entrenados en las emociones", según Francisco Pardo.

Y tras los estudios, ¿qué? Los alumnos asumen que tienen por delante muchos casting "que son como oposiciones". Los profesores les tranquilizan: "El ser humano siempre va a sentir la necesidad de entretenimiento. Tienen futuro las personas, no las profesiones. Y probablemente el que acabe este año Ingeniería de Telecomunicaciones tampoco va a tener trabajo seguro".

El grado consta de 240 créditos académicos. Tras un primer curso común, en segundo empieza la optatividad, y ahí las posibilidades de especialización son amplias y algunas muy atractivas: clown, mimo, comedia del arte, coreografía o doblaje. También guión y dirección. Los alumnos avisan a quienes piensen en matricularse. "Aquí nos podemos encontrar con jornadas de doce horas, y en medio, tiempo para comerte un bocadillo, y gracias. No es un lugar para pasearse".

Son semanas de balance y notas. Sergio Dosal separa calificaciones y sensaciones. "Sacar un 7 en Danza no me dice nada. Cada asignatura, al margen de la nota, te da un grado de satisfacción distinto" que tiene que ver con la percepción de haber podido hacerlo mejor o de haber exprimido al máximo las posibilidades.

La frase final escrita por Valle-Inclán en su obra "Divinas palabras" se reproduce casi literalmente en la obra fin de grado de los alumnos de la ESAD. "Conducida de la mano del marido, la mujer adúltera se acoge al asilo de la Iglesia...". Se ensaya hasta el saludo final. Y en las caras felices del grupo el espectador vislumbra que ellos/ellas saben que "Divinas palabras" está lista para ser convertida en magia.

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