Historia de España no es sólo el hueso duro de la Selectividad, ahora EBAU, también es la asignatura de la polémica. Los 1.084 aspirantes gijoneses a entrar en la universidad criticaron duramente ayer las diferencias regionales existentes en torno a esta materia, que "tiene cuatro veces el temario de otras asignaturas". Con esta protesta unánime comenzó en el Campus de Viesques la primera de las tres jornadas de exámenes de la Prueba de acceso a la Universidad, que realizan hasta mañana cuatro mil asturianos -un 8,39% más que en 2017-. En Gijón, los estudiantes paliaron los nervios con quejas: "Tenemos que abandonar el resto de asignaturas por culpa de Historia; es una burrada lo que hay que estudiar".

En concreto, desde el fin de la monarquía visigoda (año 711) hasta la normalización de la democracia. "Son doce bloques y el doble de estándares (de aprendizaje evaluables) que en otras comunidades autónomas, como Cantabria. Es injusto", denunciaban, antes de entrar al examen, Marina Rodríguez y Álvaro Gutiérrez, ambos del Instituto Jovellanos. "Para entrar en la universidad estamos en desigualdad de condiciones", insistían, entre una marea de jóvenes que, con apuntes en mano, apuraban los últimos minutos de repaso. Primero fue la prueba de Lengua Castellana y Literatura, con un texto de Mario Vargas Llosa, y después, la de Historia, con la Guerra de la Independencia.

"Es imposible abarcarlo todo. El 70% del estudio se lo lleva Historia", aseguraron Diego Bercial, Martín Arango e Iyán Duarte, del Colegio del Corazón de María (Codema). Las mismas protestas se repitieron entre los alumnos del Instituto Doña Jimena: Lucía González, María Llamas, Isabel Cáncer, Laura Gil y Paula Pérez tacharon de "super injusto" las desigualdades entre regiones en la EBAU. "No hacemos los exámenes en las mismas condiciones que el resto de jóvenes y luego resulta que nos meten a todos en el mismo saco", se quejaron. Estela Blanco, Maite Alonso y Jimena Abejón, del IES Laboral, pidieron a pie del aula "menos estándares", porque "básicamente sólo podemos estudiar Historia". Al lado de esta asignatura, "el resto resultan más asequibles", como apuntaron Sara Zapico, Rebeca González y Dirk Nefs, del Instituto El Piles.

Del mismo centro es Laura Victoria Pedreañez, que fue ayer muy clara en su mensaje: "El temario es muy extenso y encima salimos sin aprender nada, que se supone que es el propósito de la educación". Pedreañez lanzó un aviso al nuevo gobierno de Pedro Sánchez: "Que la EBAU no se quede sólo en un capricho del sistema, sino que sirva para algo. Porque al final los jóvenes nos quedamos en el paro". Su compañero Ignacio de la Cuesta se mostró "indignado" por la diferencia "injusta" de temario que hay de una comunidad a otra. "Es normal que tengamos que estudiar, pero no más que en otras regiones", protestaron Sara Zapico y Rebeca González. "La mitad del tiempo de estudio lo tenemos que dedicar a Historia, es una burrada", manifestaron en la misma línea Leyre Cuenca, Alba García, Ángela Pausada y Yovana Romero, del IES Laboral.

Aunque en los últimos instantes los nervios apretaron, los gijoneses se sentaron en las salas del aulario norte, el edificio polivalente y la Escuela de Marina Civil muy sonrientes y posando ante las cámaras con el gesto de aprobación. ¿La clave para estudiar la carrera soñada? "No hay, estudiar y estudiar", afirmó Ángela Pausada, que quiere hacer Ingeniería Informática. La nota de la EBAU se calculará ponderando un 60% de la calificación final del Bachillerato (NMB) y un 40% de la calificación de la fase de acceso de la prueba. Después de un curso "muy duro y estresante", los futuros universitarios sólo piensan "en el verano".