Los profesionales de enfermería asumirán un protagonismo mucho mayor en la atención a los pacientes de los centros de salud de la región. Así lo establece la "Estrategia para un nuevo enfoque de la Atención Primaria", un documento elaborado conjuntamente por la Consejería de Sanidad del Principado y cinco sociedades científicas de médicos y enfermeros. El protocolo en el que las entidades firmantes se comprometen a desarrollar el citado plan fue firmado el pasado jueves.
"Normalizar la primera visita de enfermería" (como hasta la fecha existe la primera visita al médico) e "incrementar la capacidad resolutiva de enfermería asumiendo patologías de baja complejidad" son dos de las medidas incluidas en el protocolo. Otra línea de actuación se centrará en "potenciar la consulta domiciliaria, orientada a la cronicidad y a prevención de la dependencia de las personas".
Estas propuestas, como el conjunto de la estrategia, persiguen convertir a la red de centros de salud en "el eje de la continuidad de la atención y el centro de las actividades preventivas y de promoción de la salud", subraya la Consejería de Sanidad en un comunicado. Asimismo, buscan que la atención primaria "coordine el cuidado integral a las personas con enfermedades crónicas y que siga siendo parte imprescindible en la formación de profesionales sanitarios".
En los últimos tiempos se han hecho patentes los efectos de la escasez de médicos de familia en Asturias. Un modo de paliar este déficit consiste en atribuir mayores competencias a las enfermeras, una opción que lleva muchos años en las agendas de los planificadores y responsables sanitarios. Existe una valoración casi unánime de que la formación del personal de enfermería, que actualmente se desarrolla en cuatro años de grado y dos de especialidad, permite otorgar a estos profesionales -mujeres en su mayoría- un campo de actuación mucho más amplio. Este parece ser el espíritu que subyace bajo las propuestas recogidas en el citado documento, que también apunta, como área de trabajo de la enfermería, "potenciar la consulta domiciliaria, orientada a la cronicidad y a la prevención de la dependencia de las personas". Esta propuesta implica "normalizar el contacto (presencial, domicilio o telefónico) al alta hospitalaria y de seguimiento de crónicos e inmovilizados".
