La Jefatura Provincial de Tráfico y la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil han puesto en marcha una campaña especial en Asturias, este verano, para intensificar las vigilancias y controles sobre las medidas de seguridad de los motoristas. Las vigilancias incluirán controles integrales, tanto del vehículo, como del conductor y, en su caso, de la persona que viaje como pasajero, ya que se revisará la documentación, el casco, los neumáticos, placas de matrícula, alumbrado, limitación de potencia e incluso se realizarán test de alcohol y drogas.

Los controles diseñados pueden abarcar fines de semana, festivos, días e incluso horas en que se estime una mayor afluencia de motoristas, centrándose en aquellas carreteras identificadas como potencialmente peligrosas, ya sea por su propia configuración, como límites de velocidad, curvas o estado del pavimento, a elevada circulación de motos o elevado número de siniestros e infracciones.

Estas circunstancias se cumplen principalmente en las carreteras convencionales, donde tienen lugar el mayor número de accidentes, ya que en 2017 el cien por ciento de fallecidos fue en este tipo de vía.

Paralelamente, se controlarán otras infracciones que se observen o de las que se tenga conocimiento por transmisiones, radar, o desde un helicóptero equipado con el radar Pegasus que participará activamente en la campaña.

Tráfico hará igualmente una vigilancia especial en las inspecciones técnicas de vehículos (ITV), donde según los últimos datos disponibles, el de las motocicletas es el grupo más absentista en el control de la ITV, con más del 55 por ciento del parque activo sin tener la ITV en vigor, porcentaje que supera ampliamente al de turismos y que supone casi un 18 por ciento.

La campaña se centrará en este colectivo ante el elevado índice de mortalidad registrado en el sector de las motocicletas, donde, según los datos facilitados por Tráfico relativos al año pasado, de un total de 27 víctimas mortales en la carretera, 10 eran usuarios de motos, lo que representa el 37,03 por ciento. En los siete primeros meses de este año, de las 15 personas fallecidas, tres eran usuarias de motocicletas, lo que supone el 20 por ciento de las víctimas.

Estas cifras contrastan con la tendencia en otros colectivos, ya que mientras 2017 se cerraba con 27 víctimas mortales frente a los 50 fallecidos en 2007; durante la misma década, entre el colectivo de motoristas se registraba una media de entre 5 y 10 fallecidos al año, lo que representa de un 10 a un 37 por ciento de la siniestralidad total.

Tráfico hace un hincapié especial en este sector, ante el fuerte incremento de motocicletas, al pasar de los 44.000 que estaban censadas en el año 2010 a más de 55.000 en 2017.

Las estadísticas por mortalidad también son desfavorables al colectivo de los motoristas, ya que el riesgo de morir en un accidente de tráfico es 17 veces mayor en moto que en coche. En el 95 por ciento de los casos con víctimas mortales en un accidente de tráfico en las que está implicada una moto, el fallecido es el propio motorista.