El crímen de la calle Río Sella fue silencioso. Los vecinos no escucharon nada ni se percataron de la presencia policial en las primeras horas de la mañana. "Escuché alguna voz sobre las doce de la noche, pero nada extraño. No pensé que pudiese estar pasando algo tan gordo", explicó Eduardo Pertejo, vecino del tercero en el mismo número 6. "Estamos todos muy asustados todavía", acertó a decir Covadonga García, amiga de la familia de la supuesta asesina, a la que visitó a primera hora de la tarde de ayer. A. F. V.