La población osera en la Cordillera Cantábrica, la cual ronda los 250 ejemplares, se recupera poco a poco de su agónica lucha por la supervivencia. Una buena noticia para el emblemático animal, cuya creciente presencia en Asturias se hace patente en las 27 hembras con 50 esbardos documentados el pasado año, lo que supone una osa y seis crías más que en el censo anterior. La cruz de este fenómeno está en el cada vez más habitual acercamiento de los plantígrados a zonas habitadas, pues se han llegado a avistar en los montes de Proaza, a escasos 18 kilómetros de Oviedo, como ya adelantó LA NUEVA ESPAÑA.

Todo ello se desprende del censo de osas con crías en la Cordillera Cantábrica en 2017 hecho público ayer por las Consejerías de Medio Rural de Asturias, Castilla y León y Cantabria. "Se ha producido un incremento y consolidación de la población en la zona occidental (al oeste de la Autopista del Huerna) y un aumento ligero en la oriental (al este)", asegura Manuel Calvo, director general de Biodiversidad del Principado.

En total, en toda la Cordillera se pudieron contabilizar el año pasado 41 osas (35 en la región occidental y 6 en la oriental), con 73 esbardos (64 en el occidente y 9 en el oriente). Lo que en palabras de Calvo muestra la progresión positiva mantenida desde el año 2000, momento en que inició este registro osero.

Así, la estimación de la población de plantígrados en el Cantábrico se encontraría entre los 230 y los 270 animales, de los cuales 190 a 230 se ubicarían en la zona oeste de Asturias y León y unos 40 en el este (en el territorio de los Picos de Europa) entre Cantabria, Asturias y León. "Claro que debe tenerse en cuenta que esto es una aproximación de datos mínimos pero seguros, lo que no impide que haya más o menos ejemplares", dice Calvo.

Para reflejar la expansión basta un dato: el territorio ocupado por osos en toda la Cordillera Cantábrica en 1999 era de 5.000 kilómetros cuadrados; hoy, sólo en la provincia de León, hay ejemplares diseminados por unos 8.900 kilómetros cuadrados.

Anecdótica resulta la localización de una hembra con crías en Riosa, en plena Sierra del Aramo, o el hallazgo de 9 osas reproductoras con 14 esbardos en Somiedo, lo que hace de ese concejo el más prolífico en lo que a presencia osera se refiere. Aunque el más productivo es Proaza, donde se ha registrado una media de 3 crías por cada hembra.

Estos datos positivos se enfrentan a un fenómeno creciente durante los últimos años: la proximidad de los plantígrados a núcleos habitados. "Es algo a lo que debemos irnos acostumbrando", dice Calvo, quien achaca ese acercamiento "a la merma de la actividad humana en las zonas rurales". Aunque el director de Biodiversidad del Principado reconoce que esa interacción "representa un riesgo", cree que la conflictividad "no es preocupante", siempre y cuando "se elaboren pautas para prevenir estas situaciones". Asimismo, junto a sus homólogos de las comunidades vecinas, Calvo apuesta por un turismo osero "bien regulado" que posibilite el desarrollo de las regiones en las que aparecen los plantígrados de forma sostenible y compatible con la conservación.

Para calcular el censo, elaborado por técnicos y guardas forestales en colaboración con naturalistas y agentes del Seprona, se empleó un seguimiento de observación directo (mediante telescopio), estudios genéticos de restos, análisis de huellas de grupos familiares, o fotografías y vídeos tomados en cámaras fijas. Una vez diferenciados los ejemplares por tamaño, manchas o defectos físicos, y eliminadas las repeticiones, se ponen en común entre las cuatro comunidades que configuran la Cordillera.