Las grandes fiestas de prau asturianas viven en pleno siglo XXI en una encrucijada que lleva a pensar en la necesidad de replantear el modelo de las celebraciones, en muchos casos seculares. Para analizar la situación actual y buscar posibles soluciones a una forma de diversión, heredera de la tradición y de forma innegable parte de ella, el próximo miércoles, 19 de septiembre, LA NUEVA ESPAÑA celebrará un Conceyu Abierto en el auditorio de Pola de Siero, la capital del concejo que cada mes de julio acoge la celebración del Carmín, una de esas citas emblemáticas que han ido evolucionando con el paso de los años.

Para lanzar propuestas y analizar la situación en la mesa se sentarán José Antonio Suárez, de la Cofradía del Xiringüelu de Pravia; Jenaro Soto, presidente de la Sociedad de Festejos de Pola de Siero, que organiza las fiestas del Carmín; José Antonio Álvarez, "Tono", presidente de la Cofradía de San Timoteo de Luarca; Ángel García, alcalde de Siero, el concejo anfitrión, y representantes de las nuevas corrientes de la organización de actos de ocio alejados de la tradición y en consonancia con los nuevos tiempos. El debate, moderado por la periodista María José Iglesias, directora del Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, y de entrada libre, también estará abierto a la participación del público, que podrá opinar y plantear preguntas a los ponentes. Sobre la mesa se pondrán cuestiones como la preocupación de los promotores de las fiestas por conjugar el espíritu festivo con las nuevas demandas y modas. También se hablará de la necesidad de tener en cuenta las opiniones y gustos de los jóvenes y a la vez ofrecer alternativas a las personas de mayor edad, que disfrutan de la fiesta en otras vertientes.

Y es que hay quienes echan de menos las romerías de antes, todos sentados en la hierba haciendo pícnic con las viandas tradicionales, y quienes consideran que ese modelo se encuentra agotado y ya no "vende".

Elementos como la música y la oferta hostelera de las fiestas han vivido enormes cambios en los últimos años. A ello se unen las nuevas regulaciones legales de las fiestas, que también cambian de forma notable la gestión de los organizadores. "Tratamos de mantener la tradición, que San Timoteo siga siendo aquello que fue siempre, aunque por otro lado nos tengamos que adaptar a los nuevos tiempos", resume el presidente de la Cofradía de San Timoteo, Antonio Álvarez. Sus palabras son válidas para el resto de las grandes citas asturianas que buscan nuevos horizontes.