Emoción, felicidad, orgullo. Así trató de describir ayer Inés Fernández, la presidenta de la Asociación Síndrome de Down de Asturias, lo que sentían los miembros de este colectivo al recibir el premio "Ana Casanueva", instituido por el empresario y filántropo astur-mexicano Carlos Casanueva para "devolver a Asturias algo de lo que nos ha dado" y reconocer "a los que trabajan por Asturias". Un galardón impulsado en colaboración con la Asociación Iberoamericana de la Comunicación, Asicom.

Se trata de la primera edición de un premio con el que Casanueva quiere rendir homenaje a su esposa fallecida, por eso lleva su nombre. Y también por eso se dedicará a "reconocer e impulsar el trabajo realizado por organizaciones no gubernamentales y personas que vuelquen su esfuerzo en favor de esta región".

La entrega del primer premio "Ana Casanueva", en el edificio histórico de la Universidad de Oviedo, se convirtió en un acto muy emotivo, con la intervención de Fernando Álvarez Correa, hijo de Margarita Correa, la que fuera impulsora y presidenta de la Asociación Síndrome de Down de Asturias durante casi dos décadas y fallecida hace sólo unos meses. Él mismo se emocionó al recordarla y relatar cuando le acompañaba y cómo trabajaba por él y por sus compañeros del colectivo.

Fernando Álvarez Correa explicó su vida desde que empezó a ir al colegio y al logopeda, para aprender a hablar. Después, estudió atención al cliente e hizo prácticas en la escuela de hostelería del parque San Francisco. Más tarde empezó a trabajar en Decathlon, en Lugones. Primero le acompañaron para que aprendiera a coger el autobús hasta la tienda, y le enseñaron a colocar la ropa y a atender a los clientes.

"Cuando ya sabía hacer todo eso, quedé solo trabajando. Ahora vienen todas las semanas a ver si trabajo bien o mal", explicó. Y También relató que salía con sus amigos de la Asociación Síndrome de Down los sábados. "Cada semana nos juntábamos para decidir lo que íbamos a hacer, porque somos autogestores de nuestro ocio", reivindicó.

"Éste es un premio a mi trabajo, al de mis amigos, a las familias, a los voluntarios y trabajadores y también a mi madre, Margarita Correa", concluyó. Su relato finalizó con el público en pie y una fuerte ovación.

La presidenta de la Asociación Síndrome de Down dedicó el premio a las familias, los trabajadores, y los voluntarios que dedican sus esfuerzos a estas personas. Y resumió el objetivo: "que puedan disfrutar de una vida con plenos derechos".

Tras el éxito cosechado por Fernando Álvarez Correa, el promotor del premio, Carlos Casanueva, sentenció provocando la risa del público: "Fernando, como cuando toreaba Manolete; poco hay que hacer ya". Pero aún así, el empresario y filántropo de origen asturiano dirigió unas palabras para explicar que tras el fallecimiento de su esposa hace dos años, él y sus hijos se propusieron impulsar las obras sociales y culturales. En México ya funciona su fundación, "pero nos quedaba Asturias, la tierra de los abuelos. Asturias nos dio la sangre y México la vida. Así decidimos crear este premio, para impulsar ONG y el trabajo de personas que hagan proyectos en favor de Asturias".

El premio "Ana Casanueva" consistió en la entrega de una escultura de la artista asturiana María Jesús Rodríguez, y una dotación económica de 50.000 euros. "Con esto podemos reforzar programas e incluso crecer, y lo haremos hacia San Martín del Rey Aurelio", señaló Inés Fernández.