Unos treinta asturianos a los que el huracán "Leslie" pilló por sorpresa en la localidad lusa de Mealhada, adonde se habían desplazado para jugar y presenciar el Campeonato de Europa femenino de hockey sobre patines, están bien, y la mayor parte ya de vuelta en casa; eso sí, con el susto en el cuerpo.

La que peor lo pasó fue Susana Pandavenes, responsable del hockey femenino de la Confederación Europa de Hockey Patines. "Tengo fobia al viento y acabé refugiada en un vestuario con la selección alemana", recuerda ya desde Madrid. "Cuando el viento levantó parte del techo y rompió algunos cristales empezaron a mandar a la gente a la zona de vestuarios, que era la más segura. Allí estuvimos hasta las doce y media más o menos, cuando la Policía nos permitió marchar". Susana coincidió en ese vestuario con alguna niñas que acabaron separadas de sus padres y cuya preocupación era contactar con ellos. "Aparte de esa circunstancia, todo el mundo estaba bastante tranquilo".

Para la capitana de la selección, la gijonesa Natasha Lee, "fue más el susto que otra cosa, porque las jugadoras estábamos más concentradas en el partido y ver si se acababa o no". Reconoce, sin embargo, que "cuando nos mandaron para los vestuarios hubo unos minutos de cierta tensión, pero dentro del pabellón no teníamos la impresión de que fuese algo grave, sólo se notó cuando la tormenta pasó justo por encima".

Una opinión que comparte su compañera de selección y también en el Telecable Gijón, Sara González Lolo. "Cuando estábamos en el vestuario empezaron a meter también a gente del público y a nuestras familias, ya que no querían que nadie se quedase en las gradas, y los vestuarios eran la zona más segura de todas". Sara recuerda que "salvo el momento en el que una ráfaga levantó una parte del techo, apenas se notó nada. Eso sí, el pabellón va a necesitar una buena reparación".

Toda la selección abandonó Mealhada a primera hora de la mañana de ayer rumbo a Barcelona, mientras que el Telecable Gijón y los familiares allí presentes lo fueron haciendo de manera escalonada a lo largo del día, la mayoría en coches particulares.

Entre los presentes en el pabellón estaba la totalidad del Telecable Gijón, que se encontraba en Portugal disputando varios amistosos y se acercó a la final. Su entrenador, Fernando Sierra, recuerda también el viaje hasta el hotel, "la carretera estuvo un tiempo cortada y había árboles tirados, alguno muy grande, los bomberos trabajando y no había luz, pero el tiempo ya había mejorado".

Lo que debía haber sido una fiesta deportiva se convirtió en una aventura, afortunadamente sin consecuencias.