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Entrenar la agilidad mental y física y no aislarse, claves para una vejez mejor

"El cultivo de la atención y la memoria permite el desarrollo neuronal en edades avanzadas", destaca Soledad Ballesteros, catedrática de la UNED

Soledad Ballesteros, durante su conferencia sobre envejecimiento en la Facultad de Psicología. LAURA CARADUJE

Casi el 25 por ciento de los asturianos tienen más de 65 años. Las jornadas sobre envejecimiento activo, que se han desarrollado este jueves y ayer en la facultad de Psicología de Oviedo, están pensadas en esa parte de la población, cada vez más numerosa también en el conjunto de España. La catedrática de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), Soledad Ballesteros, ofreció la triple fórmula para un envejecimiento de calidad: entrenamientos cognitivo y físico y evitar el aislamiento social que se da sobre todo en las mujeres de avanzada edad.

El problema del envejecimiento ya está en la agenda de Asturias y también de España. "Cada vez vivimos más años y se trata de vivirlos con una salud plena", comentó a LA NUEVA ESPAÑA la catedrática de la UNED. Las investigaciones realizadas sobre memoria implícita y no voluntaria han permitido concluir "que se procesan mejor los estímulos repetidos, dos o tres veces, que los que sólo se realizan una vez", argumentó Soledad Ballesteros, quien destacó que los estudios han permitido concluir la relevancia de la plasticidad cerebral. "Con el entrenamiento cognitivo se produce neurogénesis en personas de edad avanzada, es decir el entrenamiento tiene sentido porque permite el desarrollo neuronal en personas de edad", abundó la catedrática de Psicología, quien hizo mención a la existencia de videojuegos, "no de acción", que permiten ese tipo de entrenamiento, tan importante como el físico, porque "cultivan la atención y la memoria de los mayores".

Cada vez son más los ayuntamientos que habilitan en sus parques y zonas verdes aparatos para estimular la motricidad de los mayores de 65 años. "Es importante que los ayuntamientos además de poner las máquinas estimulen su uso", comentó Soledad Ballesteros. La tercera pieza maestra del envejecimiento activo para por evitar el aislamiento social de las personas de avanzada edad. "Hay que propiciar la conectividad social. El aislamiento social afecta más a las mujeres. A esa edad, las mujeres quedan viudas, los vecinos desaparecen y se entra en una dinámica de soledad que no es nada buena. El proyecto Agnes, que ya se realizó hace años, permitió comprobar que las personas solas que se relacionaban mediante una red social específica con familiares o amigos tenían un mayor bienestar", comentó la catedrática de la UNED y doctora en Psicología.

Las jornadas sobre envejecimiento activo continuaron ayer en la Facultad de Psicología con charlas enfocadas el envejecimiento de la población con discapacidad.

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