"Triste", "apagado", "resignado", "sin ilusión" y "de tono bajo" fueron algunos de los calificativos que la oposición dedico ayer tanto al presidente del Principado, Javier Fernández, como al discurso que pronunció en la Junta General. Un discurso que a los opositores les sonó "a despedida" y a "reconocimiento" del "fracaso" de las políticas socialistas.

Fernández solo halló apoyo en su grupo: el portavoz socialista, Marcelino Marcos Líndez, resaltó el llamamiento del Presidente -sobre todo a Podemos- al acuerdo y al consenso "sin líneas rojas" para afrontar los "grandes asuntos" que afectan a Asturias; entre ellos, los presupuestos del Principado para 2019, la política industrial, la financiación autonómica, la demografía o las infraestructuras.

"Javier Fernández odia a Podemos", subrayó el portavoz de la formación morada en la Junta, Enrique López, quien, pese a ello, manifestó la "mayor disposición al diálogo" de su formación para pactar un presupuesto, pero advirtió que solo "sobre "cuestiones concretas que supongan cambios". López criticó al Presidente porque prefiere pactar con el PP "que con las fuerzas del cambio", lo que le convierte en "un obstáculo" para el acuerdo. También acusó a Fernández de ser "optimista con todo aquello que va mal y pesimista con lo que puede implicar la modernización de Asturias", como la reforma del Estatuto. Negó que Asturias esté "enganchada a la recuperación", como señaló el jefe del Ejecutivo. Al contrario: "Está en el vagón de cola" a causa de sus "políticas fracasadas", dijo.

A Nicanor García, de Ciudadanos, el discurso de Javier Fernández le sonó a "resignación" y a "despedida", y criticó que no lanzara ninguna propuesta para "ilusionar a los asturianos", algo que, en su opinión, "dice mucho del estado de ánimo del Gobierno de Asturias". A la formación naranja no le gustó el intento de acercamiento del Presidente a Podemos. Y frente a la "podemización" por la que a su juicio abogó Fernández, García propuso reeditar el pacto presupuestario de 2017 (PSOE-PP-Ciudadanos).

"Ha sido un discurso triste para Asturias", que demuestra que "esta es una legislatura perdida", indicó el portavoz del PP, Luis Venta, quien aseguró que le llegó a dar "pena del Presidente", "incapaz de sacar adelante los problemas de Asturias" y empeñado en "diluir responsabilidades" sobre "sus grandes fracasos". El de Javier Fernández fue a su juicio un discurso "apagado y sin ilusión, propio de un presidente y de un gobierno en retirada".

Una idea muy similar, la de un presidente "acomodado y en franca retirada" fue a que trasladó Pedro Leal, de Foro. Un presidente que en su opinión reconoció son sus palabras su "incompetencia" y su "incapacidad" para resolver los grandes problemas de Asturias y que se limitó a "describir un diagnóstico de sobra conocido" sin "aportar soluciones" y con "autocrítica cero". Leal resaltó que se ha acreditado una vez más "la habitual pasividad, indolencia y vagancia de Javier Fernández".

El "tono bajo" del Presidente y el "clima de resignación" de su discurso llamó la atención a Gaspar Llamazares, de IU. Afeó los ataques de Javier Fernández a Podemos, porque pueden obstaculizar un frente común de la izquierda: "nos necesitamos", subrayó. Aunque también destacó que todas las fuerzas políticas, incluso las de la derecha, deberían unirse para conformar un "frente industrial", apartándose de los "reproches" y centrándose "en lo que nos une", como a su juicio ha ocurrido entre el Gobierno de España y Unidos Podemos al pactar un proyecto de presupuestos para 2019. La mayor crítica fue para la negativa de Fernández a abordar la reforma del Estatuto de Autonomía y la cooficialidad del asturiano.