"Las Humanidades estamos siendo vapuleadas casi continuamente. Somos los inútiles. Lo que nosotros hacemos no construye carreteras, no cura enfermedades... Pero trabajamos en la memoria y esa memoria es la que nos hace tener el valor que tenemos en la actualidad". La catedrática de la Universidad de Oviedo, María Josefa Sanz, reivindicó ayer el valor de los estudios de Letras en la presentación de una investigación sobre los orígenes del Reino de Asturias. "Chartae Latinae Antiquiores. Facsimile-edition of the latin charters" (Los documentos latinos más antiguos. Edición facsímil de los documentos latinos anteriores al año 900), como así se titula la publicación, recoge tres hallazgos: un palimpsesto -un documento antiguo escrito, a su vez, sobre otro aún más antiguo que fue borrado-, dos nuevos documentos de Ibias y de Cabrales, y demuestra que el famoso precepto del Rey Silo es original.

El descubrimiento del palimpsesto, el más relevante, fue posible gracias a unas "microfotografías", que se hicieron casi letra por letra. De momento, el equipo de la Universidad de Oviedo sólo ha podido desvelar una veintena de palabras del margen derecho del documento, ya que para recuperar la totalidad del texto original habría que hacer un análisis por capas. "En aquella época, la materia para escribir era muy cara, por lo que cuando un documento quedaba inútil, lo borraban. La suerte es que para borrarlo utilizaban leche. Escribieron encima, pero con el tiempo volvió a aparecer, muy tenue, la escritura original", explica María Josefa Sanz, autora de la investigación junto al profesor de la Universidad de Oviedo Miguel Calleja Puerta, y las catedráticas de la Universidad de Sevilla, Pilar Ostos y María Luisa Pardo. El documento más antiguo calculan que es del año "700 y pico", del reinado de Alfonso II, y el que está encima, del 887.

El equipo de las universidades de Oviedo y de Sevilla estudió 32 documentos, "pocos en número pero de una calidad enorme", con diferentes tipologías y caligrafías. Todos ellos obtenidos de una decena de archivos: el Histórico Nacional de Madrid, el da Torre do Tombo de Lisboa, los catedralicios de Oviedo, León, Lugo, Mondoñedo y Orense, el monástico de San Pelayo de Oviedo, el del Reino de Galicia y el de la Universidad de Santiago de Compostela. Estos documentos, explicó María Josefa Sanz, demuestran que en Asturias, antes del año 900, había una cultura "que hay que reconocer". "En una época que se dice oscura las personas eran capaces de asentar por escrito, por ejemplo, el contrato de venta de unos pomares en Taborneda (Illas)", explicó.