El sexto corte en un año de la vieja rampa de Pajares durará más de lo que había previsto el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif). El tráfico de trenes no se restableció ayer por la tarde, como inicialmente había anunciado la compañía, que aplazó la apertura hasta hoy, probablemente a primera hora de la mañana, aunque sin plena seguridad de poder resolver a tiempo todo el operativo generado por los problemas de inestabilidad de una ladera que aconsejaron el pasado martes el cierre de la línea. La suspensión del servicio ferroviario entre Asturias y la Meseta, programada anteayer para 48 horas, será como mínimo de sesenta siempre que tras la retirada de las rocas inestables el montaje de la catenaria retirada para facilitar los trabajos de las cuadrillas consiga terminar antes del paso del primer Alvia de la mañana, que sale de Gijón a las siete.

Ayer, entre tanto, se cumplió la segunda jornada consecutiva de traslado en autocar de los pasajeros del tren. A los que salen o quieren entrar en Asturias los llevan y los traen desde o hasta León porque por sexta vez desde diciembre del año pasado una incidencia ha obligado a cerrar Pajares. Antes fueron nevadas, accidentes o averías; esta semana, un desprendimiento de piedras sobre la catenaria que en una inspección posterior con drones evidenció el riesgo inminente de que una roca de grandes dimensiones pudiera llegar a desplomarse sobre la vía entre dos túneles.

La línea se cerró para reparar el talud mientras crecían las críticas sindicales y de los pasajeros, las de los sindicatos por las deficiencias del mantenimiento de la vía, las de los clientes por la frecuencia de las molestias. La media del último año es de un corte con la Meseta cada dos meses. Si se añaden otros problemas que han inducido interrupciones en el servicio en las cercanías de ancho convencional o en las de la antigua Feve, el promedio da al menos dos cortes al mes aunque únicamente se cuenten las incidencias más significativas, aun cuando no se baje al detalle de las frecuentes suspensiones, puntuales o en oleadas, de trenes de vía estrecha por las deficiencias en el parque móvil de la compañía.

El corte de esta semana, que ha coincidido además con el puente de la Constitución y la Inmaculada, para el que Renfe había anunciado un refuerzo de los servicios con Madrid, ha reavivado las críticas de la plantilla por la supresión de las brigadas de mantenimiento que controlaban el estado de las vías y su sustitución por un servicio de vigilancia externalizado. En paralelo, el Principado y la oposición de izquierdas urgen la entrada en servicio de la variante de Pajares mientras Foro acusa al PSOE de querer "forzar el cierre" de la rampa y "adulterar" el paso ferroviario bajo la Cordillera.

Vaivenes

Entre retrasos e incertidumbres sobre la fecha de apertura de la Variante, la previsión inversora del Gobierno en la vetusta línea ferroviaria ha sufrido significativos vaivenes en su historia reciente. En la primavera de 2017, cuando la presión de Foro por la apertura directa de los túneles en ancho estándar todavía obligaba a pensar en prolongar la vida útil de la rampa para el paso de los trenes de mercancías, el Ministerio de Fomento que dirigía el popular Íñigo de la Serna anunció un plan de "renovación integral" del puerto que preveía un gasto de 145 millones de euros hasta 2020, considerados de inmediato insuficientes por la oposición socialista y los expertos. Según esa planificación, la rampa recibiría un millón en 2017, pero la partida subiría a 45 en 2018 y a 55 en 2019 para cerrar con 44 en 2020. La previsión varió cuando se acercó la fecha de ejecutarla. En los presupuestos de 2018, con planes modificados respecto a las vías y el paso de mercancías por la Variante, ya había cinco donde había habido 45 y diez, diez y tres en los años siguientes para que el plan integral pasase de 145 millones a 28.