"Todo el mundo va con el chaleco amarillo o lo pone en el salpicadero del cocheEs el relato del abogado gijonés Diego del Valle quien por trabajo suele viajar a Francia con asiduidad. La pasada semana estuvo en la ciudad de Toulouse y lo que allí se encontró fue un ambiente bélico que le obligó al permanecer alejado del centro de la ciudad. "Teníamos el hotel a las afueras y allí mismo nos recomendaron que no nos acercásemos mucho. El ambiente es de guerra total, 'c'est la guerre' nos decían los vecinos. Por curiosidad preguntamos que quién organizaba todas aquellas manifestaciones y nos dijeron que no había un líder claro, había estudiantes, transportistas, comerciantes, profesionales de distintos sectores artos de pagar impuestos o de no tener soluciones de futuro", explica el abogado del bufete ASJ Abogados.

"Lo peor sucedió el miércoles. Ese día no hay clase y se montó un lío muy grande por el centro de la ciudad. Nos fuimos a Colonnes, un pueblecito cerca de Toulouse y con tal mala suerte que allí se concentraban precisamente todos los estudiantes de los Liceos. Había decenas de furgonetas de la gendarmería por todos lados y parecía que el jueves iba a explotar todo de nuevo" cuenta Del Valle.

La situación ha hecho que en París se hayan producido cientos de detenciones para evitar los disturbios de los últimos días. Los chalecos amarillos han protagonizado en los últimos días batallas campales no solo en la capital francesa sino en todo el país. Del Valle cuenta lo que le decían los franceses con los que hablaba. "Están cansados de pagar unos impuestos altísimos. Desde Toulouse hasta Irún no nos encontramos una gasolinera que tuviera el diésel a menos de un euro y medio por litro y Macron amenazaba con subir el precio aún más.

Tal es el poder de los manifestantes que en los últimos días los peajes no se pagan. "Las barreras se abrían solas cuando pasabas con el coche, pero claro, en el arcén y cerca de los peajes había muchos manifestantes y la policía te dejaba pasar, quizás por miedo a que se liase más aún". Para Del Valle el poder de los trabajadores franceses es superior al que tenemos en España, quizás por "una conciencia de clase mayor a la que aquí tenemos". "Cuando allí se plantean protestas lo hacen de verdad, los franceses con los que estuvimos lo veían normal, nadie te decía que aquello fuera una barbaridad, todo el mundo iba con el chaleco puesto".

La recomendación del ayuntamiento del Toulouse para los próximos días es la de que todos los comercios y restaurantes permaneciesen cerrados por temor a revueltas en la calle.