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ALEXANDER VASILIEV | Violinista, concertino de la OSPA a punto de jubilarse

"La otra guerra fría empezó cuando dejó de gobernar Gorbachov, con Boris Yeltsin"

"Cuando llegué a España me resultó muy difícil adaptarme, tardé dos años y durante otros cuatro no salí del país a tocar con la OSPA por si no podía volver a entrar"

Alexander Vasiliev, en Villamayor (Piloña). LAURA CARADUJE

Alexander Vasiliev (San Petersburgo, 1950) comenzó a estudiar violín con 11 años. Siendo concertino en la orquesta del teatro Mariinsky, en su ciudad natal, recibió una llamada para ofrecerle trabajo en la entonces Orquesta Sinfónica de Asturias, hoy la OSPA. Llegó a Oviedo en octubre de 1991. El próximo día 21 ofrecerá su último concierto con la sinfónica asturiana, meterá el violín en su estuche y se dedicará a vivir.

La oferta desde España. "Vladimir Spivakov había estudiado en la misma escuela que yo. Él había llegado a Oviedo en 1990 con los 'Virtuosos de Moscú' invitado por el entonces Príncipe Felipe, hoy Rey, con el que tenía mucha amistad. En aquel momento se decidió reformar la orquesta sinfónica asturiana y se lo encargaron a él, que puso como condición que a los primeros músicos de cada instrumento los elegiría él. Yo estaba en San Petersburgo y de pronto recibí una llamada de la oficina de Spivakov en Moscú. Me llamó su secretaria y me lo explicó todo, me hizo la oferta de venir a Oviedo para integrarme en la orquesta de Asturias".

La decisión. "En aquellos años Rusia estaba al borde de la guerra civil. Desde Occidente se veía la guerra fría, pero desde dentro estábamos al borde del conflicto armado. Mi hija tenía entonces 17 años y mi esposa me dijo que qué futuro le esperaba a la niña en un país que iba a desaparecer, me pidió que lo pensase pero que ella creía que lo mejor era irnos a España. Después de un mes llegaron a San Petersburgo los profesores españoles y me hicieron una prueba y me aceptaron. Recuerdo que yo estaba de gira por Europa con mi orquesta y enviaron el precontrato con la OSPA a mi casa, lo firmó mi esposa. Cuando regresé de la gira la oficina de Spivakov se encargó de todo el papeleo para que pudiese viajar a España. Yo vivía en un régimen comunista y la documentación para salir e instalarme en España era mucha".

La llegada a Oviedo. "Llegué a Oviedo solo, en octubre de 1991, y me instalé en casa de un profesor de chelo del Conservatorio. Allí estuve dos semanas hasta que él mismo me alquiló un piso. Llegué a Oviedo y estaba muy perdido, yo hablaba alemán pero aquí eso no servía para nada, no sabía ni preguntar la hora. Fue duro, no me sentía bien, tenía mucha nostalgia. En Navidad llegaron mi esposa y mi hija y comenzamos a construir nuestra vida aquí. No fue nada fácil, yo tenía 40 años y mucha nostalgia. Empecé a sentirme más tranquilo después de dos años, pero al principio me costó mucho. Echaba de menos todo. Iniciar una nueva vida con 40 años no es lo mismo que con 20, para mí todo era nuevo".

La acogida en la OSPA. "Empecé en la OSPA con Arturo Tamayo de director. Recuerdo que la primera gira que hicimos fue a la Exposición Universal de Sevilla en 1992. Había más de 40 grados, aquello para un ruso era una sauna. Luego llegaron más giras y recuerdo especialmente dos de ellas. La primera era tocar ante el Papa Juan Pablo II. Fue inolvidable conocer el Vaticano. Yo no soy fanático, pero me siento religioso y el Vaticano era algo especial. La otra gira que recuerdo más fue a China. Era volver al comunismo del que había salido, pero me resultó muy interesante. Aunque no teníamos mucho tiempo, sí que conocimos muchas cosas. Muy poca gente de España tiene la oportunidad de conocer China tan a fondo como lo hicimos nosotros. Las salidas de España fueron ya más tarde, los seis primeros años que estuve en la OSPA no me atrevía a salir del país por si no me dejaban volver a entrar. Luego ya se fueron tranquilizando las cosas tanto en Rusia como en España y empecé a salir con la orquesta, también aproveché para hacer el primer viaje a Rusia con la familia".

La familia. "En San Petersburgo mi esposa era primera bailarina del ballet del teatro Mariinsky. Cuando llegamos a España no trabajaba, pero después de unos años comenzó a dar clases de danza en algunos colegios de Oviedo. No se encontró muy bien. Ella era una estrella del ballet y el nivel de esas clases era muy distinto, así que decidió dejarlo. Mi hija se adaptó muy bien a Oviedo y a la sociedad española, mucho mejor que nosotros; ella llegó con 17 años y a esa edad es todo mucho más fácil. Empezó a estudiar en profundidad el castellano. Iba a clases a Avilés, con una profesora jubilada que había sido una niña de la guerra, de los que salieron de España y se refugiaron en Rusia durante la Guerra Civil. Mi hija es ahora ya una mujer y tengo un nieto de 12 años. Ella ha escrito una novela lírica de 400 páginas sobre la Rusia medieval. Trabaja para la familia Masaveu y además pinta muy bien, ha realizado varias exposiciones. Es una mujer con una educación muy amplia y muy sólida. Una educación de viejos tiempos. Ella llevó muy bien el traslado, pero para mí fue más difícil lo que encontré en España que lo que había dejado en Rusia, en todos los sentidos. Es cierto que España estaba más avanzada, era más próspera pese a la crisis y el desempleo. Era una sociedad más próspera en mentalidad, pero no en su funcionamiento. Me costó adaptarme a la forma de ser de los españoles. Nos fuimos adaptando poco a poco y después de tres años me hicieron un contrato fijo en la OSPA. A partir de ahí ya pensamos en comprar un piso y pedir un crédito como todos los españoles".

La desintegración de la URSS. "No fui testigo de los procesos que ocurrieron en la Unión Soviética, no estaba implicado ya en la vida de Rusia, tenía bastante con conocer la vida del pueblo español y conocer mi nuevo país. Tenía muchas ganas de ver el Mediterráneo, de viajar al Sur y de conocer todas las maravillas de España. Mi esposa y yo compramos un coche y empezamos a recorrer España. Volví a Sevilla, descubrimos el sol y la luz. Respecto a Rusia ahora estamos en otra guerra fría que comenzó cuando dejó de gobernar Gorbachov, con Boris Yeltsin. Ahora con Putin la situación es muy difícil de analizar, tiene cosas que aplaudo y otras que no puedo aplaudir. Su enfrentamiento con Estados Unidos y con Donald Trump está generando mucha inestabilidad, me tiene muy preocupado. Hay un problema muy importante con Ucrania, que siempre fue un país amigo y ahora hacen todo lo posible en convertirlo en enemigo. Estamos en un punto que va a ser muy difícil no empezar a disparar".

La jubilación. "Llevo 27 años en la OSPA y todo músico llega a un punto en el que siente que es el momento de parar. Rostropovich escribió un libro de memorias y en uno de los capítulos explica cómo decidió dejar su carrera de concertista. Escribe que tocó un concierto en una ciudad perdida de Rusia con muchísimo éxito, bajando al camerino sintió que tenía que meter el chelo en el estuche y dejar la vida artística de solista, no de profesor. Él estaba en plena forma. Yo también estoy en forma musical, pero tengo muchos años musicales cotizados. Me queda un concierto del "Mesías" el próximo día 21. Éste será mi último concierto. Bajaré al camerino, cerraré el estuche y recordaré a Rostropovich.

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