"Pensé que era un paquete mío que se había extraviado", aseguró ayer en la sección tercera de la Audiencia el jugador de fútbol ovetense Robi T. G., para el que la Fiscalía pide siete años de cárcel por tráfico de cocaína. La Policía y Vigilancia Aduanera le detuvieron tras recoger una broca que le habían enviado desde México, en cuyo interior había 960 gramos de cocaína con una pureza del 85 por ciento y valorada en 160.000 euros. El acusado admitió que, en aquella época, el pasado verano, llegaba a consumir tres o cuatro gramos de cocaína durante el fin de semana, pero que nunca había traficado con droga. "No tenía conocimiento del contenido del paquete", añadió.

La defensa, a cargo de Fernando Barutell, aduce que el paquete no era para Robi T. G.. De hecho, fue un primo suyo el que le llamó para decirle que fuese a recoger el paquete. En ese momento estaba en una casa de recambios con un amigo, que le prestó el coche para ir hasta DHL, en Llanera. El acusado aseguró que no declaró antes porque se lo había aconsejado su abogada de oficio y no sabía qué hacer en la situación en la que estaba inmerso. "Además, podía afectar a un familiar mío", indicó. La defensa presentó un informe pericial según el cual la cocaína tenía una pureza del 80 por ciento, y no del 85 como sostiene la Fiscalía. Por este motivo, Barutell pidió la libre absolución y subsidiariamente una condena de tres años.