Santiago Segovia Ariza, ovetense de 18 años, sueña con tocar el fagot en alguna orquesta del mundo. “Viena, si apunto alto”, asegura. Pero, en realidad, se conforma con una agrupación nacional y vivir “más tranquilo”. Ariza es uno de los cinco premios extraordinarios de Enseñanzas Artísticas Profesionales de Asturias. El músico ovetense es además el primer galardonado, tras sacar con nota una prueba consistente en la grabación de un CD de quince minutos con la interpretación de varias obras. “Tenía la opción de presentarme por mi nota media (de 9,8 en los dos últimos cursos) y tiré pa’lante”, cuenta. Y lo hizo de diez.
La gijonesa Laura Martínez Fernández- Peña es otra de las galardonadas. Comenzó a bailar con sólo dos años en la Academia Candilejas y con 17 recién cumplidos ya es toda una estrella. El verano de 2017 consiguió una beca para estudiar en el Conservatorio Internacional de Danza Annarella Sánchez, en Leiria, Portugal. En la actualidad continúa con otra beca en la misma institución, viajando por medio mundo de la mano de la Compañía Clásica de Leiria. Ayer mismo regresaba en avión de Bucarest, donde bailó durante todo el fin de semana. Ha ganado diversos concursos gracias a su versatilidad -practica danza clásica, contemporánea, baile moderno y claqué-.
Hace tres meses, Martín Pérez Álvarez cambió su Asturias natal por Andalucía para instalarse en Granada y perseguir un sueño: formarse con el profesor de flauta travesera Javier Castiblanque en el conservatorio superior de la ciudad andaluza. “Estudió mucho, el profesor es muy bueno y el nivel muy alto”, comenta este joven natural de Vega de Pope, en Cangas de Narcea, alumno anteriormente del conservatorio municipal Julián Orbón de Avilés.
Los otros dos estudiantes premiados son Gabriel Ordás Fernández, del Conservatorio de Oviedo, y Mónica Roces Pérez, de la Escuela de Arte.
