La directora territorial del Instituto de Formación y Estudios Sociales (IFES) entre 1987 y 2013, Ana Rosa Gomis, ha acusado hoy a UGT de valerse de una red de "empresas instrumentales" para beneficiarse de los fondos destinados a cursos formación.

Así lo ha afirmado en la primera sesión de la comisión de investigación abierta en el parlamento asturiano para analizar el uso de los fondos de formación tras el procedimiento judicial abierto contra UGT en el Principado de Asturias.

Gomis ha relatado que una "herramienta importante" en el "tinglado" de los cursos de formación han sido las empresas instrumentales, como Formación 2020 o Localmur, que permitían "evitar controles o ser más eficaces" a organizaciones como UGT o IFES, que "en ningún caso" estaban al tanto de las cuentas de estas compañías.

La compareciente, que ha afirmado haber sentido "miedo palpable" durante su etapa en el IFES, ha explicado que mediante estas empresas se alquilaban locales y se adquiría material didáctico o equipamientos a un precio mayor que el de mercado para obtener beneficios.

Gomis ha relatado que el "problema" llega cuando empieza a haber una "auténtica lluvia de millones" para formación continua, hacia 1997, y ha apuntado a "un antes y un después" en el cambio del sistema de anticipos, ya que hasta que "estalló la burbuja" de los cursos de formación la administración liberaba el cien por cien de los fondos al inicio y al final las organizaciones sólo tenían que justificar.

Si fue posible todo lo referido a la formación se debe a que hay subvenciones de "muy diversas fuentes", lo que permitió que los datos escaparan al control, ya que no había forma de cruzar datos, ha indicado la exdirectora, que ha considerado que "en algunos casos" habría connivencia con la administración, pero que pone el foco en la "inoperancia de los sistemas de control", que eran "muy pobres".

Gomis, que ha puesto estos hechos en conocimiento de la justicia para que determine si lo que ella considera malversación de caudales públicos es constitutivo de delito, ha asegurado que ha pasado por un "calvario", algo que también ha sucedido a otros trabajadores, que han llegado a sentirse "bastante presionados"