El norte de España -Cantabria, País Vasco y Navarra- ya sufren epidemia de gripe, y Asturias está a un paso, pero aún no ha llegado al umbral epidémico. En la primera semana del año, el Principado registró 90 casos de gripe por cada 100.000 habitantes, cuando el nivel epidémico está situado en 92. Los técnicos de la Consejería de Sanidad estiman que el virus empezará a circular de forma significativa "en un par de semanas". Hasta la fecha, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) -el único del que se lleva un seguimiento exhaustivo- se han registrado 13 ingresos de enfermos de gripe, y también una muerte: una mujer de 62 años que falleció en la última semana de 2018 y que presentaba varios factores de riesgo, entre ellos una inmunodepresión importante.

En las dos temporadas anteriores, lo más crudo de la gripe tuvo lugar en el mes de diciembre, con un notable adelanto respecto al resto de España. Este año, la epidemia está haciéndose la remolona, y otras comunidades autónomas han tomado la delantera. Una vez más, la gripe está demostrando que su evolución es muy difícil de pronosticar. A juicio de los expertos de la Consejería de Sanidad, lo previsible es que el virus empiece a circular y a contagiarse de forma masiva una vez que ha llegado el frío y que los más pequeños han vuelto al colegio, dos factores llamados, al menos sobre el papel, a propiciar "que los virus circulen y que se difundan con facilidad".