"Si nos llega a ocurrir de noche, no lo contamos". Es la voz de Juan Luis Álvarez, que aún tiembla. Junto a su mujer y su hijo, fue desalojado el miércoles de su casa, en la calle de Oñón, después de que la ladera de la montaña se viniera abajo. Por las ventanas entraron árboles y lodo, "la casa está totalmente destrozada". Pernoctan en un hotel y reclaman al Ayuntamiento "un lugar en el que vivir" mientras buscan el acuerdo con la aseguradora. En Riosa también fueron desalojadas dos familias después de que se produjera un argayu detrás de un inmueble de L'Ará.

"Estoy yo pa feries". El alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, suspendió ayer el viaje a Madrid que tenía programado para asistir a Fitur: "Hemos contabilizado cincuenta argayos. Se nos está cayendo abajo el concejo", explicó. Varios de los desprendimientos más importantes se localizaron en Turón. La zona alta del valle estuvo incomunicada todo el día. En general, la tierra y el barro llenaron los pueblos de dentelladas. Inútil buscar daños menores. Fue casi una avalancha.

A la altura de Peñule el agua superó en la carretera los 70 centímetros de altura. Entre Santullano y Figaredo también hubo graves problemas, con la calzada totalmente anegada. La piscina climatizada de Vega de Arriba tuvo que cerrar al filtrarse mucha agua y lo mismo sucedió con los polideportivos de Turón y Figaredo. "Tenemos las casas llenas de barro. No sabemos qué hacer", explicaron ayer vecinas de las Casas de Hilario, desalojadas el miércoles.

Hubo problemas también en las carreteras de Aller. El puente de Mulas, en Campera, cayó al mediodía del miércoles. Ayer, casi a la misma hora, el cauce del río se llevó el paso entre Espineo y Cabañaquinta. Los vecinos acceden ahora desde Soto. El alcalde, David Moreno, anunció a última hora de la tarde el cierre del Corredor del Aller entre Caborana y Campera, por riesgo de derrumbe. Por la noche, el desprendimiento era completo. Tampoco hay fibra óptica entre Moreda y Serrapio, por la inundación de las vías de tren.

En Lena "van librando", anunciaron fuentes oficiales. Pequeños argayos en las carreteras, por el momento, "y poco más". En Argame ( Morcín) están en alerta por riesgo de inundación en el pueblo. Al cierre de esta edición, no había desalojos.

La situación en el valle del Nalón no dista demasiado de la del Caudal. En Langreo, en la localidad de La Nueva, los vecinos se enfrentan desde el lunes al desborde del agua canalizada de la escombrera. De hecho, se llegó a recomendar a una familia que, por precaución, no durmiese en su casa. Un retén de 24 horas controla el desborde pero desde el Ayuntamiento admitían ayer que hasta que no deje de llover no se podrá arreglar la situación. También se produjeron numerosos desprendimientos y en El Sutu reventó una tubería, entrando el agua en varias viviendas. En Pedrea, un argayo se llevó por delante una cochera. Asimismo, el Ayuntamiento decidió cortar los accesos a los puentes por prevención y hubo diversas inundaciones por la crecida del río, como la que ocurrió en el polideportivo Juan Carlos Beiro.

En San Martín del Rey Aurelio, un argayo mantiene cortado el acceso entre Blimea y Barredos desde ayer por la mañana. Además, hubo inundaciones generalizadas en el barrio de San Vicente y en Blimea, donde se achicó mucha agua. También se cerraron los polideportivos y la piscina.

En Laviana, que despertó con la muerte de uno de sus vecinos tras el desprendimiento de una carretera en Lloreo, hubo numerosas incidencias. Todos los pueblos desde El Condao hasta Pola de Laviana sufrieron inundaciones y problemas en muchas de sus carreteras.

Sobrescobio solicitó la declaración como zona catastrófica y el Ayuntamiento mostró su pesar por no poder atender a todos los vecinos debido al apagón telemático que sufren desde hace días.

En Caso hubo varios argayos. El suministro eléctrico en Tarna se realiza con generadores. Un desprendimiento se llevó por delante una torreta. Además, se mantiene el cierre de los túneles de Riaño en sentido Siero, así como los puertos de Tarna, San Isidro y San Tirso.