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Jornadas heroicas en Pravia

Las riadas del Nalón y el Narcea obligan a trabajadores al volante a inventar caminos alternativos, haciendo más kilómetros y superando obstáculos

Vueltas y más vueltas. Es lo que han tenido que sufrir los vecinos de Pravia a cuenta del temporal que desbordó los ríos Nalón bloqueando los accesos a la villa, cercada por el agua. Una situación que obligó a los pravianos a tomar rutas alternativas por antiguas carreteras o vías locales, lo que supuso más tiempo y más kilómetros en el asfalto. Y si no, que se lo digan al panadero José Carbajal, quien para llegar a Quinzanas, a sólo 5 kilómetros de la villa, tuvo que recorrer 10 kilómetros más dando un rodeo por Santoseso (Candamo) para que ningún vecino se quedase sin pan. "Fue un incordio porque más de diez kilómetros para ir a Quinzanas son muchos, que está aquí al lado", señala.

A dónde no pudieron llegar fue a Riberas (Soto del Barco), con la carretera totalmente inundada durante los últimos días. El repartidor, Eduardo Arias, lo intentó en la jornada del pasado jueves pero fue imposible: "Fueron más de 15 kilómetros de lo que sería un día normal pero lo peor fueron las dificultades por el estado de la carretera de La Fayona, con cortes porque era un ir y venir de coches y camiones y a veces no podían pasar a la vez y se bloqueaba".

Una situación que ha generado pérdidas en el negocio panadero praviano en estos dos días de riada porque, como detalla la panadera, María Arias, "entre lo que no vendes y los kilómetros de más que haces, al final, pierdes dinero".

La situación se complicó tanto en las carreteras pravianas a lo largo de la jornada del pasado jueves que el Centro de Apoyo a la Integración (CAI) Ascivitas de Pravia canceló las rutas del transporte de sus usuarios. Y ayer, aún con las accesos cortados a Pravia hasta media tarde, lo peor se lo llevó la ruta que cubre Salas. "Muy chungo, normalmente voy a Malleza por el Valle de Arango pero al estar cortada la carretera fuimos por Forcinas, donde estuvimos parados 30 minutos porque había dos tráiler y no pasaban", comenta José Luis Alonso, conductor de la línea.

Tampoco fue moco de pavo el itinerario a Cudillero, de obligado tránsito por la carretera de La Fayona, de Santianes a Somao, con las principales vías cortadas a la circulación. "Es horrible el tráfico que tiene con muchos camiones, una cosa bestial, porque, además, con tantas curvas y tan cerradas complica mucho, lo que normalmente se hace en 15 minutos lo hice en tres cuartos de hora", indica el conductor Emilio Pevida.

Y, precisamente en la carretera de La Fayona, a la altura de Los Cabos, hay un argayo que afecta a una vivienda desde hace años. El paso continuo de coches y camiones en estos días, ha empeorado la situación: "Se notó mucho el paso de esos camiones grandísimos porque la carretera pegó un bajón terrible", detalla Fernando Menéndez, propietario de la casa. Además, explica, el argayo, que se manifiesta también en la finca, ha crecido varios metros. "Está ya a punto de reventar", advierte.

Y por La Fayona también tuvieron que discurrir las trabajadoras del servicio a domicilio, orgullosas de haber cubierto todas las citas. "Nos íbamos avisando por el grupo de whastapp y cuando fui por La Fayona, fui muy despacio porque había mucho tráfico y no está muy bien, de hecho hubo usuarios que ni esperaban que llegase", comenta Magdalena González. Su compañera, Isabel Ambrinos, también llegó a los pueblos "por la carretera vieja de Cornellana y la verdad es que fue complicado trabajar, por el tiempo, por el tráfico y porque temía los argayos".

Por suerte, la riada va abandonando poco a poco Pravia, lo que permitió ayer a media tarde abrir la AS-16 de Soto del Barco a Cornellana (Salas), la regional a Candamo y la AS-225, abierta sólo hasta La Tienda. El tramo a Malleza sigue cerrado.

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