El primer censo oficial del urogallo cantábrico confirma su situación agónica en Asturias: tan sólo quedan 59 ejemplares en el parque natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. En toda la cordillera hay 292 aves, que sobreviven en un área de distribución de 350 kilómetros cuadrados. Casi el 80% de la población está en Castilla y León y, más concretamente, en las comarcas de Alto Sil y Omaña. Los datos, coinciden el Gobierno del Principado, la Junta de Castilla y León y el Ministerio de Transición Ecológica, evidencian "el estado de severa amenaza que atraviesa la especie y la necesidad de reforzar las medidas de conservación". Una de ellas es la construcción de un segundo centro de cría en cautividad en León, que se unirá al ya existente en Asturias. En ambos se prevé -aún no hay plazos- cruzar urogallos cantábricos con pirenaicos para garantizar la supervivencia de la subespecie que habita en la cordillera.

De los 292 ejemplares contabilizados, aproximadamente dos tercios son machos y una tercera parte, hembras, lo que "es igualmente síntoma de una población con problemas de conservación", aunque es posible que haya sesgo en el hallazgo. El menor número de hembras ya fue detectado por el profesor de la Universidad de Oviedo Mario Quevedo en un conteo anterior. El biólogo, no obstante, afirma que el número es una estimación, ya que "depende del método de muestreo y de cálculo". Quevedo aplaude la coordinación entre regiones porque "los pájaros no distinguen de administraciones".