El suicidio, el consumo de psicofármacos entre las mujeres y los infartos y cardiopatías isquémicas son algunas de las prioridades inmediatas que ha impuesto el Plan de Salud de Asturias 2019-2030, "un proyecto global que pretende que las personas vivan más años en las mejores condiciones", subrayó Francisco del Busto, consejero de Sanidad del Principado.

El documento fue presentado ayer en Oviedo por los responsables de Sanidad. Otros epígrafes a los que se prestará una particular atención en el trienio 2019-2021 son los cuidados paliativos y la atención a las personas en el final de la vida, la violencia de género, las enfermedades crónicas, el alcoholismo, el tabaquismo, la salud sexual, la desmedicalización y la adecuada utilización de los servicios sanitarios. Con todo, el programa será "revisable en función de los cambios sociales" y estará sometido a monitorización continua y actualizaciones bienales, precisaron sus promotores.

El consejero de Sanidad, Francisco del Busto, presentó el documento, que lleva por subtítulo "Poblaciones sanas, personas sanas", y que constituye "un ambicioso proyecto concebido para orientar las políticas públicas hacia la mejora del bienestar de las personas". Los objetivos de fondo se centran en "acompañar a los ciudadanos en todas las etapas de la vida y reordenar los servicios sanitarios en función de sus necesidades".

El plan ya está sometido a consulta pública para recibir nuevas aportaciones antes de su redacción definitiva. Esta fase de tramitación se prolongará hasta el próximo 22 de febrero. El documento incluye 30 metas prioritarias para mejorar la salud de la población y rebajar las desigualdades, así como 12 objetivos generales y 92 acciones concretas. Además del Consejero, en la presentación del programa participaron el director general de Salud Pública, Antonio Molejón; el jefe del servicio de Evaluación de la Salud y Programas, Rafael Cofiño; y Marta Villamil, enfermera del centro de salud de Cudillero e integrante del equipo responsable del proyecto.

Del Busto subrayó que esta nueva herramienta parte de un riguroso análisis de salud de la población y pretende actuar "sobre las causas de las causas", con el fin de lograr "que la ciudadanía viva más años y en las mejores condiciones posibles".

Antonio Molejón subrayó que se trata "de un plan de salud, no de un plan de atención sanitaria". Asimismo, destacó que en los últimos años unas mil personas han intervenido en la elaboración del programa. Rafael Cofiño hizo hincapié en el papel que desempeñan "las asociaciones locales", desde una perspectiva de salud que trata de implicar al mayor volumen posible de agentes sociales. Entre tanto, la enfermera Marta Villamil destacó la importancia de recoger y aplicar las sugerencias de numerosos agentes de salud que "en ocasiones no tienen voz".

Orientar toda la política

El Plan de Salud se ha elaborado en torno a tres áreas de actuación: 1) Trabajar con una perspectiva de equidad y salud en todas las políticas, potenciando sistemas de participación comunitaria. 2) Mejorar los entornos y las condiciones en las diferentes etapas de la vida, con el propósito de aumentar el bienestar y lograr personas y comunidades más resilientes. 3) Garantizar un adecuado sistema sociosanitario público para ofrecer una atención adecuada a los usuarios.

A juicio del consejero de Sanidad, una de las mayores fortalezas del proyecto es que "trata de orientar toda la acción política y comunitaria hacia la salud, en todos los ámbitos territoriales, y con medidas concretas".