La rotura de una presa en el río Suarón ha provocado una tremenda inundación en Vegadeo. Las aguas han arrastrado vehículos y personas hasta la misma ría del Eo, y causado graves daños en edificios, muchos de los cuales están a punto de derrumbarse, con heridos dentro. Puede parecer un escenario exagerado, pero hay que recordar que, en 2010, dos personas fallecieron arrastradas por la crecida del Gemarán, tributario del Suarón. Plausible o no, es la terrible situación que están simulando hasta este viernes los 140 integrantes de la 52ª Compañía del V Batallón de la Unidad Militar de Emergencias (UME), con base en León, dentro del ejercicio "Alfa 19".

Las maniobras tienen su explicación. El viernes pasará a disponible, durante mes y medio, el equipo USAR (Urban Search and Rescue, Búsqueda y Rescate Urbano) dentro del dispositivo de emergencias de la ONU. Quiere decir que, en caso de grave catástrofe mundial, como un terremoto, serían los primeros en ser enviados. También estará disponible, por el mismo periodo, el equipo WSAR (Búsqueda y Rescate Acuático), dentro del Mecanismo de Protección Civil Europeo. El V Batallón tiene hasta siete especialidades de este tipo. Solo le falta el certificado para incendios forestales, aunque pudieron mostrar su capacidad en los fuegos de Portugal y Chile de 2017. Su última intervención fue en las inundaciones de Cantabria.

Los soldados se han instalado estos días en el Parque Ferial de Vegadeo, donde pueden descansar tras turnos de doce horas. Se trata de un alojamiento de "cinco chanclas", que en el argot de estos militares quiere decir que tiene "las máximas comodidades", como explica el comandante Javier Trevín, de Comunicación.

La jornada se inició con la simulación de varios rescates en un edificio colapsado. El escenario elegido fue una vivienda junto a la Casa de Cultura, en la céntrica calle Alameda. Una densa humareda, eso sí, inocua, salía de una ventana, para dar mayor realismo. Los curiosos asistían al ejercicio entre fascinados y perplejos. La sección del teniente José Carlos Martínez realizó varios ejercicios de búsqueda y rescate de heridos en ambientes pobres de oxígeno y con nula visibilidad. "Hay que medir los tiempos, porque los equipos de respiración autónoma son limitados", explicó Martínez. Los soldados evacuaron a un herido -uno de ellos, porque es importante conocer de primera mano lo que supone ser llevado en una camilla- por las escaleras del edificio, totalmente llenas de humo, y luego desde uno de los pisos superiores, con un sistema de poleas. Las sirenas de las ambulancias llenaron el aire durante toda la mañana.

El siguiente ejercicio, en la cantera de Vegadeo, puso en juego a dos guías caninos, "Goku" y "Geko", dos pastores malinois de cinco años y medio que mostraron sus habilidades para encontrar heridos y fallecidos bajo los escombros. Forman parte del pelotón de ocho perros del batallón, "la herramienta de búsqueda más rápida en aludes o áreas colapsadas", como explicó el brigada Monjardín. A estos perros, que llegaron a la unidad hace cinco años, aún les quedan otros cuatro de "trabajo". "Goku" "despegó" en el terremoto de Ecuador de 2016. Son auténticos "soldados de cuatro patas". Incluso desfilan con la unidad.

La sección USAR, que manda el teniente Iván Espeso, se trasladó a la casona de Sestelo -antigua fábrica, orfanato y residencia del indiano Ángel Pérez- donde dio rienda suelta a todas sus capacidades: rescates con tirolina, verticales, a través de paredes, que deben ser abiertas con radiales... Los soldados probaron cámaras para ver dentro de estructuras colapsadas y ensayaron apuntalamientos para evitar derrumbamientos.