Los 27 expertos representados en el Panel Internacional de Sostenibilidad Alimentaria (IPES-Food) reclaman la armonización de la Política Agrícola Comunitaria con otras políticas que atañen al comercio, los efectos del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y los problemas de salud en la población.

La PAC afronta una nueva reforma en la que rganizaciones profesionales agrarias españolas defienden el mantenimiento de una política cohesionada que ayude a fijar población en los núcleos rurales y un reparto más equitativo de las subvenciones.

Los especialistas estiman que una nueva orientación de las ayudas favorecerá la creación de una agricultura con futuro para las generaciones venideras. Ese es el mensaje lanzado por IPES-Food a través del informe "Hacia una Política Alimentaria Común en la Unión Europea".

El trabajo se ha realizado a lo largo de tres años y en él han colaborado más de cuatrocientos científicos ambientales, economistas del desarrollo, nutricionistas, agrónomos y sociólogos, así como profesionales expertos de la sociedad civil y de movimientos sociales.

El informe ha sido presentado en el Parlamento Europeo y en el Comité Social y Económico Europeo, donde Oliver de Schutter, autor principal y codirector de IPES-Food, ha destacado que "una Política Alimentaria Común puede desencadenar una transición a gran escala hacia sistemas alimentarios sostenibles de una manera que la PAC, como Política Agrícola Común, no puede hacerlo". "La reforma más ambiciosa y urgente sólo será viable sobre la base de recuperar y ordenar procesos de toma de decisiones que ahora están en manos de poderosos grupos de presión, traer nuevos actores a la mesa, configurar políticas de manera más democrática y permitir que surjan nuevas prioridades y nuevas coaliciones de grupos de interés plurales", añade De Schutter.

El informe traza una visión única y limitada en el tiempo para reformar los sistemas alimentarios europeos bajo una Política Alimentaria Común: un marco de políticas que establece una dirección para todo el sistema alimentario, realineando las diversas políticas sectoriales que afectan la producción, el procesamiento, la distribución de alimentos y el consumo, y reorientando todas las acciones en la transición a la sostenibilidad.