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Familia numerosa, especie en extinción

Silvestre González y Rina Vera, padres de cuatro niños, reclaman más facilidades y ayudas para que las parejas se animen a tener hijos

Por la izquierda, Ángel y Eva besan a su madre, Rina Vera, mientras Raquel y Elías hacen lo propio con su padre, Silvestre González. MIKI LÓPEZ

"Los niños son el futuro y están muy por encima de las cosas materiales. Un hijo es lo más hermoso que se puede tener". Silvestre González y Rina Vera son padres de cuatro hijos, familia numerosa. Una "especie" en extinción. La crisis económica y los contratos precarios que retraen a los jóvenes a tener bebés no han sido obstáculo para esta pareja residente en Oviedo. Él está desempleado y cobra una ayuda social, y ella trabaja en una casa de lunes a viernes en horario escolar. Con una economía de guerra de poco más de 600 euros, salen adelante. "Es verdad que en Asturias hay ayudas, pero se tendrían que hacer más cosas", admiten.

El Principado es la región más envejecida del país y la que menos población joven tiene entre sus habitantes, ya que los poco más de 125.000 chicos de entre 15 y 29 años que residen en la comunidad sólo representan el 12 por ciento de su población. Y se va a peor. En 2017 nacieron pocos más de 6.000 bebés -el último ejercicio completo recontado-, una cifra que empeora los peores pronósticos del Instituto.

Asturias tiene registradas poco más de 7.100 familias numerosas, de las que 6.738 son de categoría general (tres hijos) y 405 de régimen especial (más de tres). Silvestre González y Rina Vera forman parte de este último grupo, con sus cuatro hijos: Elías, de 12 años; Raquel, de 11; Eva, de 8, y Ángel, de 5 años.

Silvestre abre la puerta de casa y de fondo se oyen risas y pasos apresurados. Son sus pequeños, a los que Rina trata de poner orden y tranquilizar. Se ríen continuamente y el pequeño Ángel no para de jugar y de saltar. "Teníamos a los tres mayores, pero siempre quisimos tener cuatro. Llegó la crisis y no sabíamos qué hacer, si ir a por el cuarto o no. Al final decidimos que sí. Y llegó Ángel. Es el más juguetón, el más alborotador y el más independiente de todos", afirma Silvestre.

El padre de la familia se quedó al paro y empezaron las dificultades económicas. "Hombre, claro que se nota. Si hay que comprar ropa o calzado vamos a las segundas o a las terceras rebajas. Además, los niños tienen primos y la ropa se va heredando de unos a otros", explica Rina. El mayor empezó este curso al instituto, pero los otros tres aún van al colegio. "Tenemos becas para los libros, y ellos tres comen en el comedor del colegio", explica la madre. Cuando llegan las vacaciones, se apuntan a los campamentos escolares, que son gratuitos y comen en el centro.

En casa hay televisor, pero no hay "maquinitas". Sí un móvil que lleva el padre, y "que a veces se lo dejamos a ellos para que jueguen", afirman. En este punto, los niños entran en la conversación. "No importa no tener maquinitas. A mí si me preguntan en el instituto si tengo la Play digo que no y ya está. No pasa nada", asegura Elías. "Hay cosas que queremos, pero sabemos que no podemos tenerlo y no pasa nada. Nos gusta mucho jugar entre nosotros. Nos inventamos juegos y tenemos un parchís de seis jugadores que está muy guay", apuntan Raquel y Eva.

"Gracias a Dios no protestan ni piden nunca cosas materiales. Por lo único que protestan es porque dicen 'es que no me escuchas', pero es que cuando hablan los cuatro a la vez es muy difícil", dice la madre riéndose. "Hay muchas cosas que no les podemos dar, pero estamos todos juntos y sanos. Tanto cariño no hay quien lo pague", apostilla Silvestre. La pareja procede de familias numerosas. Él tiene siete hermanos y ella otros seis. "Los hermanos son un piña y siempre nos gustó eso. Siempre tuve claro que quería cuatro hijos", dice Rina. "Antes era mucho más difícil. Ahora hay lavadora, pañales...", apostilla Silvestre. "Los niños son el activo más importante que tiene la sociedad. ¿Cómo se puede decidir no tener hijos porque son caros y resulta que tienen perros que son igual de caros o más? El futuro son los niños", incide.

Y expone su razonamiento: "tenemos una buena sanidad y una buena educación. A nosotros nos tocó este piso de protección del Principado, pagamos una renta muy baja y nos da una enorme seguridad". Aunque Silvestre añade que se deberían dar más facilidades o ayudas económicas para que las parejas se animen a tener niños.

"Te dan el carné de familia numerosa, pero luego depende de las empresas que te hagan o no descuentos... Si todo el mundo fuera consciente de la falta que hacen los niños, seguro que se pondrían en marcha más ayudas para fomentar los nacimientos", asegura Silvestre.

Pero van más allá, y aseguran que si hubiera más ayudas habría más familias numerosas. Y pone ejemplos: guarderías gratuitas, descuentos en los supermercados, en los recibos del agua, luz, gas, teléfono, y hasta en la viñeta del coche. "Se necesita uno grande para llevarlos a todos, y te penalizan en lugar de favorecerlo", afirma Silvestre.

La familia González Vera se va a preparar para comer, mientras Elías protesta porque su hermano ha puesto patas arriba la habitación y ahora la tiene que recoger él. "Es injusto", protesta, mientras el pequeño grita al fondo del pasillo: "Es que soy pequeño y estoy jugando". Tras la despedida, se repartirán las tareas para después jugar y salir de paseo. No necesitan más.

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