La Guardia Civil detuvo en Tarancón (Cuenca) a un hombre como supuesto cabecilla de un grupo que robó 27 teléfonos móviles de alta gama en dos meses en una decena de provincias, una de ellas Asturias, y posiblemente también en Portugal. Las investigaciones continúan para esclarecer su posible participación en otros robos similares.

El arresto de R.V., de nacionalidad rumana, se realizó el pasado 18 de febrero en el marco de la operación "Relato", abierta a raíz de una denuncia planteada en la provincia abulense. La "itinerancia" y el "carácter desconfiado" de este grupo delictivo dificultó su localización y detención, hasta que se supo que se encontraba en Tarancón preparando nuevos hurtos de estas características. El día de la detención, a las 10.00 horas, los agentes identificaron a R.V. junto a otra persona de la misma nacionalidad, E.U..

La Guardia Civil atribuye al supuesto cabecilla 27 hurtos cometidos en las provincias de Ávila; Asturias; La Coruña; Pontevedra; Cáceres; León; Valladolid; Zamora; Ciudad Real y Cantabria, sin que se descarte su participación en otros tantos hechos delictivos similares.

Las investigaciones comenzaron el 14 de noviembre de 2018, tras la denuncia presentada en el puesto de la Guardia Civil de Arévalo (Ávila) por la responsable de una agencia de viajes a la que un supuesto cliente le había robado su teléfono móvil. A este hecho le sucedieron otros cuatro parecidos en la misma localidad del norte de la provincia de Ávila entre los días 14 de noviembre y 17 de diciembre. Una vez efectuadas las primeras investigaciones, se reconoció a un hombre como presunto autor de los hechos.

El 29 de enero de este año, la Guardia Civil volvió a tener noticias de un hecho similar en una autoescuela de la localidad abulense de Piedrahíta, con una forma de actuar similar. Las gestiones realizadas por el Instituto Armado volvieron a dar como resultado la identificación de la misma persona que tiempo atrás había cometido los hurtos en Arévalo.

Las pesquisas llevaron a los agentes hasta un barrio de la localidad madrileña de Parla, donde fueron localizados varios grupos de personas que, de forma itinerante, se desplazaban en grupos de dos o tres durante semanas completas a cualquier punto de la geografía española y también de Portugal.

Utilizaban vehículos de gran cilindrada, en cuyo interior disponían de ropa y colchones para pernoctar y regresar nuevamente a su lugar de residencia los viernes con los teléfonos o carteras sustraídas. Posteriormente, el material sustraído era vendido en el mercado negro y el dinero obtenido era enviando a sus familiares en sus países de origen.

Una vez instruidas las diligencias correspondientes, el detenido, al que se considera supuesto responsable de multitud de hurtos al descuido, fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 1 de Tarancón (Cuenca).