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Regresa el olor a quemado a Oviedo al volver a arder la falda del Naranco

Los ovetenses volvieron a sentir la cercanía del fuego por efecto del fuego en Brañes, en la falda del Naranco, que ya el domingo provocó una molesta lluvia de ceniza sobre la capital y ayer se reprodujo. Los bomberos de Oviedo acudieron a mediodía para apagar las llamas a base de batefuegos. Tras un trabajo de varias horas, a las cuatro y media de la tarde dieron por extinguido el incendio. Sin embargo, por la noche las pavesas de los fuegos que arden en el interior de Asturias provocaron una molesta lluvia de ceniza sobre las calles de la capital, y el olor a quemado impregnó el aire causando cierto desconcierto entre los vecinos.

También en Gijón

El olor a madera quemada también llegó ayer hasta Gijón. Ocurrió lo mismo durante la ola de fuegos de octubre de 2017, cuando la capital del Principado, como toda Asturias, se despertó con un acre olor a madera quemada debido a que el viento arrastró el humo y las partículas de los incendios del Suroccidente. La ola de incendios llega tras el episodio de contaminación de la semana pasada. Ayer se comenzó a notar la presencia de partículas en la estación de medición del Palacio de los Deportes del barrio de la Tenderina. A las dos de la tarde se alcanzó un pico de 80 microgramos por metro cúbico en lo que se refiere a partículas de un diámetro inferior a las 2,5 micras, las que causan un mayor daño a la salud, puesto que se albergan en los alveolos pulmonares. Posiblemente tenga que ver con los incendios.

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