El sierense J. A. M. H., de 57 años, ingresó en prisión tras ser acusado por su propia hermana de agredirla sexualmente a punta de navaja en una vivienda de la calle Luis Braille de Lugones, el pasado 11 de diciembre. Un Juzgado de Pola de Siero ratificó el pasado enero su encarcelamiento. Pero no es la única cuenta pendiente que tiene con la Justicia. Ayer a mediodía se sentó en el banquillo del Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo para responder de un delito de daños. Y es que le acusan de haber quemado seis contenedores en la avenida de José Tartiere y la calle Antonio Machado de Lugones en la noche del pasado 16 de abril. Ya en 2016 le imputaron un delito similar.

En el juicio de ayer, J. A. M. H. negó la mayor. "No quemé nada, iba a la chatarra nada más", aseguró. "Llevaba una escoba y una paleta, para recoger la basura cuando miraba en los contenedores. Iba con una amiga con la que salgo", añadió. La fiscal le pide tres años y medio de cárcel por meter un cartón ardiendo en los depósitos, cuatro de fibra de vidrio -que quedaron destrozados- y dos metálicos -que requirieron reparación-, causando unos daños superiores a los 2.000 euros.

La fiscal contaba con una testigo, la mujer que estaba con él esa noche y que en el Juzgado, no en Comisaría, admitió que J. A. M. H. había causado los daños. Pero el propio acusado avanzó lo que ocurriría minutos después en el Juzgado de lo penal número 2 de Oviedo. "Señoría, esa mujer tiene un retraso mental y le falla la memoria", dijo ante la magistrada María Elena González. Cuando la testigo -que está encarcelada, como él- se presentó en la sala de vistas, se produjo lo esperado. "No me acuerdo de nada, Señoría, ni siquiera por qué estoy en la cárcel", aseguró. Por más que insistió el ministerio público, no hubo forma de que ratificase su declaración anterior.

La fiscal, no obstante, mantuvo su petición de cárcel para el acusado, así como el pago de una multa de 3.840 euros. La defensa, a cargo de Víctor Manuel Laviada, interesó la libre absolución, al entender que no había testigo alguno que hubiese visto al acusado prender fuego a los contenedores. De hecho, fue detenido unos cuarenta minutos después de los hechos, a unos trescientos metros, en la avenida de Viella, y no llevaba encima ningún material inflamable, según los agentes que le arrestaron.

El acusado presentaba al parecer un aspecto más sano que unos meses atrás, cuando fue detenido por agredir sexualmente a su hermana. En aquella época, malvivía a base de limosnas y "la chatarra". Este asunto de la agresión sigue en instrucción, después de que el magistrado Eduardo González Martín-Montalvo haya transformado las diligencias en sumario. La víctima, una avilesina de 45 años, cuyos intereses defiende el letrado Pedro Paulino Sánchez, ha sido examinada por el forense, que aprecia daños psicológicos por la terrible experiencia pasada. En poco tiempo, la Fiscalía presentará su escrito de acusación.