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"Pido perdón, fue la droga, no estaba bien de la cabeza", dice el asaltante de taxistas

El rumano Harol Venjamin H. acepta 25 años de cárcel por cuatro atracos con secuestro a mano armada, de los que cumplirá doce como máximo

El rumano Harol Venjamin H., acusado de asaltar y secuestrar a cuatro taxistas, a uno de los cuales llegó a encerrar en el maletero, aceptó en la mañana de ayer penas que suman más de 25 años de cárcel, de los cuales tendrá que cumplir como máximo doce, el triple de la pena más alta que se le ha impuesto, cuatro años. El acusado, tras aceptar las penas solicitadas por el ministerio público, trató de resarcir a sus víctimas y explicar su violento comportamiento. "Quiero pedir perdón por lo que ha pasado, por lo que he hecho. Era una persona muy involucrada en el mundo de la droga. Robar a taxistas es de una persona que no estaba bien de la cabeza. Si fuese un delincuente hubiese robado bancos. Cumpliré la condena que ustedes vean e intentaré cambiar", aseguró.

La Fiscalía pedía inicialmente penas que sumaban 26 años y medio de prisión, pero la pena más alta era de seis años y medio, por lo que, de haber sido condenado conforme a esta petición, tendría que haber pasado un máximo de 19 años y medio en la cárcel, siete y medio más de los que se le han impuesto.

Al acusado, de 28 años, se le acusaba de cuatro asaltos y un robo con fuerza cometidos entre el 26 de marzo y el 4 de abril de 2017. El primer asalto fue a un taxista de Oviedo, que le recogió en la calle Alonso Quintanilla para llevarle al Aeropuerto. Cuando estaban a cuatro kilómetros, le puso una pistola en la cabeza, le ordenó desviarse a Soto de Luiña y allí lo obligó a meterse en el maletero, aunque luego cambió de opinión y le hizo volver al volante para que lo llevase a Avilés, donde le quitó 370 euros y le amenazó con pegarle un tiro si denunciaba. En días posteriores asaltó, también armado con una pistola de gas comprimido, a dos taxistas de Santiago de Compostela y un tercero de Lugo. Se le acusaba además de robar en unas instalaciones del Ayuntamiento de León y llevarse un lápiz de memoria de un policía local, aunque la fiscal aceptó su versión de que el USB lo había encontrado en un contenedor.

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