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Dani lucha contra el reloj a la espera de un medicamento para curar su leucemia

El entrenador del CD Romanón vive pendiente de que se apruebe la adquisición de un fármaco tras varias terapias fallidas: "Lo necesito ya"

Daniel Suárez Álvarez, en el Hospital con una camiseta de Messi. LNE

Daniel Suárez Álvarez, entrenador del Club Deportivo Romanón de Pola de Siero, se enfrenta estos días a una batalla contra reloj contra la leucemia, una enfermedad que le diagnosticaron el 31 de julio de 2017 y contra la que lleva luchando desde entonces.

Dani -así se le conoce en su club- pareció librarse de la enfermedad en los primeros tratamientos: varios ciclos de quimioterapia y un trasplante de médula parecían traer buenos presagios. Le dieron el alta en febrero de 2018. Parecía estar curado.

Pero no lo estaba. En la revisión que se hizo un año después del alta, se comprobó que la enfermedad seguía ahí y que tenía que seguir luchando para erradicarla. Fue el 20 de febrero cuando supo que la leucemia no se había ido, y desde entonces permanece ingresado en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). En estos meses ha sido sometido a dos tratamientos, pero no ha respondido a ninguno de ellos.

Todo parecía ya perdido hasta que la semana pasada se le abrió una puerta a la esperanza. Supo entonces de la existencia de un tratamiento alternativo, basado en inmunoterapia, la estrategia más en auge frente a algunos tipos de cáncer, que busca estimular las defensas del propio paciente. Este medicamento, Inotuzumab, ha sido probado con éxito en algunos pacientes de leucemia. Es un fármaco anticanceroso unido a otra molécula que lo dirige contra las células dañinas.

El tratamiento, no obstante, no acabaría definitivamente con la leucemia, pero sí permitiría administrar a Dani nuevos tratamientos para erradicarla. Como explica él mismo, "es como plantar una semilla para futuros tratamientos; pero lo necesito ya".

Para que fuera considerado apto para la aplicación de esta terapia, Daniel Suárez debía tener en su organismo una proteína que es fundamental para su eficacia. Una analítica cuyos resultados conoció el pasado jueves demostró que sí la tenía en cantidad suficiente.

Ahora su problema es el tiempo. El medicamento no se produce en España, y para que se lo administren debe solicitarlo a una farmacéutica de Estados Unidos. Pero antes, hay prescrito un protocolo que no se puede obviar. La adquisición del medicamento debe ser aprobada con carácter previo por la Comisión de Uso Racional de Medicamentos y Productos Sanitarios (CURMP) de Asturias. Solo con el visto bueno de este organismo se puede solicitar.

Dani está a la espera de recibir luz verde, y sabe que, una vez que tenga la aprobación, el medicamento llegará con relativa rapidez. Su deseo es que la burocracia se agilice lo más posible para seguir teniendo opciones en la lucha contra la enfermedad. Teme que la Semana Santa y la paralización que conlleva en la Administración retrase la decisión más de lo debido.

Dani ha mostrado desde un principio una entereza y un ánimo extraordinarios en la lucha contra la enfermedad. Y desde el primer momento ha recibido el apoyo caluroso de sus compañeros de club. En su segundo ingreso hospitalario, en octubre de 2017, todos los jugadores de fútbol sala del Romanón salieron a jugar sus respectivos partidos agarrados de la mano y mostrando una camiseta con el lema "Somos Dani" y el dibujo de un brazo fuerte.

Y en noviembre de ese mismo año, en la presentación de los equipos del club en el campo de El Bayu, de la Pola, cuando le habían dado el alta en el Hospital, el Romanón le brindó un homenaje. El entrenador recibió una camiseta personalizada, mientras los jugadores portaban varios carteles formando la frase "Venceremos juntos".

El club le reconocía así una entrega y un compromiso que estaban muy por encima de la enfermedad, y que nunca ha dejado de demostrar. Fue muy llamativo comprobar desde los primeros momentos de la enfermedad que, cada vez que le daban el alta, Dani se apresuraba a interesarse por los equipos del Romanón en los entrenamientos y en los partidos. Los que podía ver no se los perdía.

Porque el fútbol ha sido desde siempre su pasión, y la mantiene en todas partes. En el Hospital, luce una camiseta de Leo Messi, la estrella del FC Barcelona, un club del que es fanático y sobre el que escribe en un blog. Y tampoco faltan los colores del otro equipo de su alma, el Sporting de Gijón, del que es socio.

Dani se pasa las horas observando partidos en su ordenador, estudiando al milímetro cada jugada y dejándose llevar por ese amor al deporte que lo acompaña a donde vaya.

Ahora tiene la esperanza de que el medicamento llegue a tiempo y que se plante, efectivamente, esa semilla que lo ayude a curarse para volver con brío a disfrutar de sus pasiones.

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