Teresa Mallada solicitó ayer a la dirección del PP una intervención para asumir el partido en Asturias y unificarlo, superando la actual situación de división interna. Acudió con un dossier de información -en una carpeta con el nombre "Auditoría Mercedes Fernández"- para argumentar su posición y demostrar los "agravios" que ha sufrido en los últimos meses por parte de la dirigente regional del partido. Su idea es que la cúpula del PP intervenga y se designe una gestora para apaciguar el partido bajo un único criterio, evitando las disensiones de la actual bicefalia y que finiquite la era de Mercedes Fernández. El objetivo de Mallada es tener "vía libre" para asumir el control del partido.

Mallada considera que los resultados electorales la refuerzan. Entiende que es así, pese a perder un escaño en las elecciones autonómicas del domingo, porque ha conseguido amortiguar la caída electoral, porque ha perdido menos diputados que en el resto de las comunidades y porque ha conseguido permanecer lejos del "sorpasso" de Ciudadanos.

Ambas, Mallada y Fernández, se encontraron ayer en Madrid, durante una reunión de la ejecutiva nacional del PP. De puertas adentro hubo momentos de tensión. De puertas afuera no hay problema alguno y ahora solo toca hablar de pactos y de estrategias para gobernar junto a las otras fuerzas del centro y la derecha en el mayor número posible de ayuntamientos. Pero incluso en las manifestaciones públicas, aunque contenidas, queda patente la distinta visión sobre el resultado electoral en Asturias que mantienen la cabeza de lista en las autonómicas y ya diputada electa y la presidenta regional del partido, enfrentadas desde hace varios meses, tras decidir Génova que Mallada sería candidata, y no Fernández.

Mallada ve la botella medio llena: el resultado es bueno. Le hubiera gustado ganar, pero Asturias es "la comunidad autónoma en la que el PP pierde menos, solo un diputado", lo que permite, además, que siga siendo "la única alternativa al PSOE". Además, da por hecha la recuperación de la alcaldía de Oviedo pactando con Ciudadanos y el resultado otorga "muchas posibilidades de futuro para 2023", cuando se celebrarán las siguientes autonómicas. Mallada sacó pecho al recordar que las encuestas la situaban muy por debajo de los 10 diputados que logró, e incluso en algún caso por debajo de Ciudadanos y como cuarta fuerza de la región. "Pero duplicamos los diputados de Ciudadanos", subrayó.

Fernández ve la botella medio vacía: "El PP retuvo la portavocía de la oposición, algo que es positivo en los tiempos convulsos que vivimos, pero diferenciarnos en diez escaños del PSOE es demasiada distancia, mucha diferencia", así que se hace necesario "analizar los resultados con humildad, realismo y sentido común". También manifestó su "satisfacción" por la "victoria en Oviedo", que permitirá "desbancar a un tripartito que fue letal" para la ciudad.

La presidenta del PP asturiano, no obstante, considera que no es momento de abordar la situación interna del partido, sino de elaborar "lo antes posible" con los dirigentes locales una "estrategia lo más inteligente posible" para que "el centro-derecha gobierne en la mayoría de los municipios".

Mercedes Fernández habló de una "alegría razonable" en el PP por resultados como los del Ayuntamiento de Madrid o la comunidad autónoma de Aragón, pero añadió que nadie debe "aquietarse", pues hay que "seguir luchando para ganar el liderazgo" político que ahora tiene en sus manos el PSOE. Así que el centro de todos los debates han de ser, de momento, "los pactos". Es "la asignatura pendiente" y cualquier otro asunto "distrae".