Una lámpara de iglesia y una pila bautismal han sido los dos primeros bienes que dos parroquias asturianas han cedido a otras que las necesitaban. Un grupo de sacerdotes asturianos impulsa una iniciativa pionera en España, cuyo objetivo se acerca al de las primitivas comunidades cristianas: compartir entre todos para que nadie pase necesidad. Y lo hacen aprovechando las nuevas tecnologías, en concreto una conocida aplicación de mensajería para teléfonos inteligentes a través de internet. Lo que han creado es una especie de "Wallapop celestial", pero sin dinero de por medio. Gratis total.
Lo llaman "Comunicación Cristiana de Bienes" (CCB) y se basa en la idea de compartir objetos entre las parroquias, para que aquellas que tienen de sobra ayuden a las que necesitan. Una iniciativa que, uno de sus impulsores, Alberto Reigada, párroco de la Tenderina (Oviedo), se pregunta cómo no surgió de la propia diócesis.
El proyecto ha tenido una extraordinaria acogida. Tanta que, en apenas cuatro días, ya se ha apuntado cerca del veinte por ciento del clero asturiano en activo, integrado por poco más de cien curas. Y eso que el grupo de Whatsapp a través del cual se comunican comenzó a funcionar este lunes, de manos de dos administradores, el ya citado Reigada y el párroco de Sama de Langreo, Luis Ricardo Fernández.
La iniciativa, que según sus impulsores no pretende "ni sustituir ni pisar ni sustituir a nadie", es aún desconocida por la mayoría de los sacerdotes asturianos, pues se va extendiendo solo a medida en que se añaden nuevos miembros al grupo. Pero en la cuenca del Nalón, por ejemplo, ya están todos los sacerdotes implicados. Falta llegar más al centro de la región.
Reigada confía en que el proyecto, que guarda alguna similitud con la aplicación de trueque Swapp, avance y se extienda por toda Asturias. Resaltó que es una iniciativa de varios sacerdotes, inspirada en el "Libro de los Hechos de los Apóstoles", donde se relata como "compartían entre sí y no se pasaba necesidad". Se puede compartir cualquier bien: imágenes, sedes, altares, pilas bautismales, cálices u otros objetos de culto... Si una parroquia tiene de sobra y otra necesita, basta con un mensaje de texto para lograr el equilibrio. Y todos contentos.
Quedan excluidos de esta iniciativa los objetos clasificados por Patrimonio, pues están catalogados en un lugar concreto. De momento nadie ha pedido dinero, aunque no está expresamente excluido d la CCB, en la que, incluso, se ha apuntado ya una joven laica que quería participar en tan novedoso proyecto. Y también una congregación de monjas, carmelitas, dispuestas a compartir todo aquello que les sobra con quien lo necesite.
"Hay más alegría en dar que en recibir", destacó Alberto Reigada, quien subrayó que precisamente compartir era "el lema de la primitiva comunidad" cristiana y es coincidente con el espíritu evangélico. Los impulsores de la CCB no conocen otra iniciativa semejante en otras diócesis, pese a que es "un gran servicio" que solo aspira a crecer", señaló Reigada.