Se estima que en el año 2028 (pasado mañana, como quien dice) el 1 por ciento de la población española padecerá enfermedad de crohn o colitis ulcerosa. Y que la prevalencia será del 2 por ciento entre los mayores de 80 años. Si se acerca el objetivo del telescopio, el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), que hoy atiende a unos 2.150 pacientes con estas dolencias, en el horizonte temporal citado tendrá que dar respuesta a unos 3.600, pues cada año se incorporan unos 160 nuevos diagnosticados.
Éstas cifras ilustran el "boom" de las enfermedades inflamatorias intestinales, una tendencia que lleva años en marcha y que no se detendrá, según el vaticinio de los especialistas. ¿Causas? Desconocidas. "Se habla del 'estilo de vida occidental', que es como no decir nada, porque ese factor lo compartimos todos", explicó Sabino Riestra, médico especialista en aparato digestivo y responsable de la unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del HUCA.
China y el sudeste asiático, que de forma gradual están adoptando el "estilo de vida occidental", experimentan en el momento actual un gran aumento de la incidencia de colitis ulcerosa y crohn. Todo ello lleva a pronosticar que "en 30 o 40 años podemos asistir a una epidemia tremenda", añadió el doctor Riestra.
Estos números reflejan, asimismo, la relevancia del acto celebrado ayer en el HUCA: la entrega de la certificación de calidad que ha otorgado el Grupo Español de Trabajo en Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa (Geteccu) a la unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del complejo sanitario ovetense. Esta misma distinción será entregada el próximo lunes al Hospital Universitario de Cabueñes, de Gijón. Estas acreditaciones implican un reconocimiento a la atención y los cuidados que ambos centros prestan a cerca de 4.000 personas que sufren estas patologías digestivas en el Principado.
"La certificación viene a reconocer que lo que hacemos se adecua a las normas de calidad que marca una sociedad científica", subrayó Sabino Riestra, coordinador de un equipo integrado por cuatro especialistas en Digestivo y una enfermera, además de ocho cirujanos, cuatro radiólogos y tres pediatras. El proceso de evaluación "nos ha permitido mejorar circuitos, protocolizar actuaciones, aumentar la seguridad de los pacientes, conocer las áreas de mejora de la unidad o crear comités multidisciplinares con cirujanos y radiólogos para el manejo de casos complejos".
Geteccu es la sociedad científica que aglutina a nivel nacional a los especialistas en enfermedades inflamatorias intestinales. "España es el primer país de Europa en el que se dan estas acreditaciones", destacó Manuel Barreiro, presidente de la entidad, quien añadió: "Para un hospital es muy importante tener una acreditación de esta naturaleza. Hay que darle la enhorabuena al HUCA".
La unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal del HUCA trata tres patologías: enfermedad de crohn, colitis ulcerosa y colitis sin clasificar (esta última no es encuadrable y supone un porcentaje que no llega al 5 por ciento del total de casos). Todo está mutando. Antaño, el perfil clásico era un paciente joven con una enfermedad complicada para la que se disponía de pocos tratamientos. En consecuencia, muchos pacientes acababan pasando por el quirófano. El panorama actual es muy distinto. "Ahora puede debutar a cualquier edad: en niños y en mayores. Más de un tercio de nuestros pacientes tienen más de 60 años, y esto va a ir en aumento", aseveró el responsable de la unidad. Se trata de procesos crónicos, sin curación pero también sin mortalidad. En la colitis ulcerosa desemboca en cirugía un porcentaje bajísimo. En la enfermedad de crohn "sigue habiendo un 20 o un 30 por ciento de pacientes que necesitan intervenciones quirúrgicas".
Los tratamientos disponibles en el momento actual (inmunosupresores y fármacos biológicos) frenan la actividad inflamatoria. "Lo que intentamos, usándolos precozmente, es evitar que progrese el daño del intestino y surjan complicaciones que iban a llevar a la cirugía". Problema: "Estos tratamientos son caros, y esto va a poner en aprietos la sostenibilidad del sistema. Tiene que haber otra forma de manejo", señaló Sabino Riestra, quien esbozó una posible línea de futuro: "Tendremos que estratificar a los pacientes por su complejidad. Para las formas más leves, puede aumentar de manera muy sensible el papel de la enfermería especializada".
A juicio de Luis Hevia, gerente del HUCA, la acreditación recibida ayer "presupone una evaluación muy profunda que se ha superado con nota". "Se ha rebasado un listón muy alto y el objetivo es mantenerlo", agregó. Asistió al acto el consejero de Salud del Principado, Pablo Fernández, quien destacó que la certificación pone de manifiesto la "excelencia" del trabajo llevado a cabo por "un grupo de profesionales de diferentes especialidades y diversas categorías" del Hospital Universitario Central de Asturias.