La primera nevada realmente estimable del otoño dejó ayer un muerto en la autopista del Huerna. Un camionero burgalés de 52 años falleció tras sufrir un vuelco a pocos metros de la boca del túnel del Negrón, en dirección Asturias. El siniestro, bajo un temporal que dificultó el tránsito rodado por toda la Cordillera, desencadenó un trombo circulatorio en el Huerna, con la calzada de pago cortada durante unas dos horas en ambas direcciones. Para complicar aún más las condiciones, el tráiler transportaba, entre otras cosas, sustancias peligrosas como sosa cáustica y ácido sulfúrico. En cuestión de minutos una densa nube tóxica se extendió por la zona, provocando indisposiciones leves en algunas de las personas que se vieron atrapadas en el atasco y dificultando la labor de los equipos de rescate.

El accidente ocurrió a las seis y veinte minutos de la mañana. A esa hora aún era de noche y nevaba copiosamente en el Huerna. El camión conducido por I. M. S., que había iniciado ruta en Barcelona y, tras parar en León, se dirigía al polígono de Silvota, salió del túnel y se encontró una carretera que, pese a estar despejada de nieve, demandaba mucha precaución al volante. Al tomar una curva hacia la derecha, el transporte hizo lo que se conoce como la "tijera" y tumbó hacia la izquierda. El vehículo colisionó contra la mediana y la carga salió despedida, esparciéndose por el carril contrario, el que canaliza el tráfico hacia León. De esta forma, ambas calzadas quedaron de inmediato obstruidas. Una por el camión y, la otra, por la carga. La cabina del conductor golpeó justo contra el quitamiedos. La estructura no sufrió grandes daños, pero I.M.S. salió impulsado por la ventanilla, golpeándose brutalmente contra el suelo. Cuando llegó la Guardia Civil se encontró el cuerpo destrozado del transportista, atrapado entre el camión y la canal que separa la doble calzada. El fallecido no llevaba puesto el cinturón de seguridad, según pudo confirmar ayer este diario. El informe de la Guardia Cicil determinará si el camión, como apuntan los primeros indicios, circulaba a una velocidad "inadecuada" para las malas condiciones en que se encontraba la vía.

Los Bomberos del Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) tuvieron que colocar cojines de alta presión para levantar la cabina y poder abrir hueco para extraer al conductor. Nada se pudo hacer por su vida. Mientras, la Guardia Civil actuó con rapidez para hacer frente a una situación muy comprometida. Para empezar, el camión a punto estuvo de llevarse por delante a una quitanieves que circulaba en sentido contrario. No hubo colisión por cuestión de unos pocos palmos. Y es que ayer nevó con brío en la Cordillera. El puerto de Pajares estuvo durante gran parte de la mañana cerrado para camiones y sólo podían pasar turismos con cadenas. Una decena de puertos asturianos demandaron medidas similares.

Inicialmente Aucalsa, concesionaria de la autopista, comunicó que el tráiler siniestrado no portaba materiales peligrosos. Pronto se constató lo contrario. Entre las toneladas de variada paquetería que porteaba el camión se encontraba una gran cantidad de sosa cáustica y ácido sulfúrico. Estas sustancia se desparramaron por la vía y, al entrar en contacto con el agua, se generó una densa nube tóxica que tardó en disiparse y que terminó envolviendo todo el entorno. Miembros del operativo de rescate reconocieron a este diario que por momentos incluso costaba respirar. Fueron necesarias mascarillas. Hubo quien llegó a vomitar. Y es que a la hora del accidente había ya bastante tráfico en el Huerna, sobre todo movimiento de transportistas. Varias decenas de vehículos se vieron atrapados inicialmente. Hasta poco antes de las nueve no se pudo circular con normalidad por la autopista, al menos, con un carril abierto en cada sentido. El camión no se retiraría hasta ya entrada la tarde.

Posible contaminación

La Guardia Civil tuvo ayer mucho trabajo en el Huerna. Además de buscar soluciones para el tráfico, la retirada de las mercancía desparramada por la calzada resultó una tarea que hubo de abordarse con precaución. El camión transportaba infinidad de productos, incluso juguetes, pero el problema fueron sobre todo los paquetes de sosa cáustica y ácido sulfúrico. La carga iba sin correajes en el interior del remolque, por lo que salió despedida contra la calzada. Agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil se desplazaron al lugar del siniestro para evaluar si los vertidos de las citada sustancias, al ser arrastrados por el agua, han podido generar algún tipo de problema ambiental al entrar en contacto, por ejemplo, con algún acuífero.