El presidente del Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, evitó ayer hablar de la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea de Luxemburgo sobre la inmunidad de Oriol Junqueras, a pesar de las preguntas insistentes de los periodistas. Al acto también acudió el magistrado del Supremo que instruyó la causa del procés, Pablo Llarena, al que le cabe ahora decidir si mantiene las órdenes europeas contra Puigdemont y el resto de investigados que huyeron del país. Los vocales del CGPJ que, en número de cinco, incluyendo al asturiano Álvaro Cuesta, tampoco tenían muchas ganas de comentar lo ocurrido en Luxemburgo, que algunos consideran un varapalo a la Justicia española.

En su discurso, Lesmes eludió cualquier referencia a Cataluña. Tras glosar las virtudes y la valía profesional y humana del nuevo presidente del TSJA -que fue compañero de promoción, 26 años atrás, cuando aprobaron juntos la especialidad contencioso-administrativa-, del que aseguró que "conoce a la perfección la situación actual de la Justicia en Asturias", Carlos Lesmes resaltó la "extraordinaria importancia de que contemos con un Poder Judicial independiente, instrumento efectivo al servicio de los ciudadanos, como garante de sus derechos y exigencia de sus obligaciones". Un Poder Judicial que, "si siempre ha sido pilar fundamental para la convivencia en democracia, hoy lo es más que nunca". Y aún más: "Nuestro papel como garantes del Estado de Derecho y del cumplimiento de la Ley por parte de todos, sin excepción, es en estos momentos absolutamente imprescindible".

En el acto también estuvieron presentes los presidentes de los tribunales superiores de Galicia (José María Gómez y Díaz-Castroverde), Cantabria (José Luis López del Moral Echeverría), La Rioja (Javier Marca Matute) y Castilla y León (José Luis Concepción Rodríguez), quienes felicitaron efusivamente al nuevo presidente del TSJA. Otro de los magistrados presentes en el salón de plenos del TSJA fue Manuel Almenar, actual presidente de la Asociación Profesional de la Magistratura -que encabezaron en su día el propio Jesús María Chamorro y también Pablo Llarena-, que fue vocal territorial de Asturias.

La situación de interinidad del actual Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) no dejó de estar presente en la jornada de ayer. A uno de los vocales que acudió al acto se le pudo escuchar decir: "Nos renovarán ahora", se entiende que cuando cambie el Gobierno y cuando se llegue a un acuerdo sobre los vocales que propone el Congreso. A pesar de encontrarse en funciones, el Consejo puede convocar el proceso para elegir al nuevo presidente de la sala de lo contencioso-administrativo del TSJA, que ahora ocupa en funciones el magistrado Antonio Robledo. El hecho de haber completado su mandato hace ya un año no impidió que el Consejo convocase los concursos para nombrar a varios presidentes de Tribunal Superior.

Quien ayer parecía liberado era el magistrado Ignacio Vidau Argüelles, presidente en funciones hasta el nombramiento de Chamorro. Recibió los elogios tanto de éste como del presidente del CGPJ, quien reconoció su "extraordinario trabajo", que ha contribuido a la "buena situación objetiva" de la Justicia asturiana. Un Vidau emocionado resumía la situación con una sola palabra: "Finito".