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Guerra en Cs: solo puede quedar uno

La destitución por la gestora de Prendes y otros líderes críticos aboca el próximo congreso a una disputa entre oficialistas y los ex de UPyD

El pulso para controlar Ciudadanos ya ha comenzado. La decisión de la gestora de destituir a su portavoz en Asturias, Ignacio Prendes, y Orlena de Miguel en Castilla-La Mancha ha puesto de relieve la división existente entre la dirección actual y que más influencia tuvo en la etapa final de Albert Rivera y un sector crítico, que reivindica el retorno la Tercera Vía y una recentralización del partido tras el fracaso del "sorpasso" al PP. O una nueva entrega de la guerra entre "naranjitos", los oficialistas que impulsaron Ciudadanos en sus inicios, y los ex de UPyD, que rompieron de manera abrupta con el partido de Rosa Díaz cuando está declinó sumarse a la formación del, por entonces, emergente Albert Rivera. Una disputa que amenaza el consenso en torno a Inés Arrimadas.

Ignacio Prendes no se esperaba su destitución en la portavocía de Ciudadanos de Asturias con la celebración del congreso del partido a dos meses de vista. Guardó silencio en la asamblea a la que acudió el pasado sábado en Gijón, donde intervinieron el presidente de la gestora, Manuel García Bofill y Fran Hervías. El exdiputado nacional por Asturias ni siquiera respondió a las alusiones de Bofill, emplazándole a ir en una candidatura alternativa a la que pueda encabezar Inés Arrimadas, la gran favorita para liderar el partido naranja tras el congreso del próximo 15 de marzo. Menos de 72 horas después de esa asamblea, Prendes se encontró con un mensaje donde le comunicaban su destitución, sin que ni siquiera mediase una llamada telefónica, y le agradecían los servicios prestados. Mientras, su sucesor, Ignacio Cuesta, que no acudió a la asamblea regional abierta a los afiliados, estaba ayer en Madrid.

"Esta es una gestora que está tomando decisiones políticas de calado. Solo hay que ver lo que pasó en relación con el grupo parlamentario y la votación del Presupuesto regional. Su misión debería ser gestionar hasta el congreso", declaró Prendes tras conocer su destitución, para acabar afirmando que "esta modalidad de partido no resulta viable".

"En un partido político hay críticos, críticos de los críticos y críticos de los críticos de los críticos... Ahora estamos en plena reconstrucción del partido, en lo que son estatutos y estrategia. Se dará voz y participación a todos los afiliados", dijo ayer el secretario de Organización asturiano, Sergio García.

Pero la destitución de Ignacio Prendes y Orlena de Miguel tuvo efecto dominó. Francisco Igea, vicepresidente de Castilla y León y que como Prendes llegó a Cs procedente de UPyD, dimitió como secretario autonómico de Programas de Cs y ayer mismo admitía que concurrirá a las primarias "si el modelo de partido" de Inés Arrimadas es el actual, con un sistema totalmente centralista. También el eurodiputado Luis Garicano mostró su apoyo público a Prendes. En el sistema vigente, el portavoz autonómico es nombrado en cada comunidad por la dirección nacional. "En Ciudadanos no queremos barones territoriales", es la máxima repetida por Fran Hervías, el hasta ahora secretario de Organización. En la práctica, esa fórmula significa que los afiliados de Ciudadanos sí eligen con su voto a los coordinadores de cada municipio pero no pueden elegir a sus responsables orgánicos autonómicos.

La modalidad de voto

El grado de desconfianza entre los dos bandos alcanza incluso al voto ante las próximas primarias. Los estatutos del partido establecen la votación telemática pero ha habido enmiendas que reclaman el voto en urna tras el "pucherazo" en Castilla y León para perjudicar a Igea en beneficio de Silvia Clemente candidata a las primarias "fichada" del PP. La existencia de otro caso análogo en Murcia ha desatado los reparos de los críticos, que exigen el voto en urna como garantía de transparencia.

La carrera meteórica de Cuesta, de candidato independiente a portavoz regional en nueve meses

Oviedo, Ch. NEIRA

En solo nueve meses, el líder de Cs en Oviedo, Ignacio Cuesta (Manresa, 1972), ha pasado de ser el candidato independiente en las municipales a portavoz regional y miembro de la ejecutiva nacional del partido. Ha sido un parto sin dolor aparente en el que el exdecano del Colegio de Abogados siguió la carrera opuesta al otro fichaje estrella de los naranjas en la campaña 2019, el candidato regional Juan Vázquez. Pese a la supuesta genealogía socialista de ambos, Cuesta ha calificado de accidental su paso por la Agrupación del PSOE de Oviedo y sólo ha reconocido cierta simpatía ideológica con los barones más conservadores del partido de Sánchez, como José Bono o Paco Vázquez. Cuando el candidato regional renunció a ser diputado, Cuesta anunció que se afiliaba a Ciudadanos. Solo un mes después, a finales de julio, Rivera lo incorporaba en la nueva ejecutiva nacional ampliada y diseñada para apuntalar el “no a Pedro Sánchez”. Desde entonces, a Cuesta se le ve casi tanto por la capital del país como por la del Principado, y su ascenso, ahora, a la portavocía regional se interpreta en los corrillos de partido como el paso previo a ser diputado nacional sin haber pasado por la Junta General.

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