El aula A, la mayor de la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo, se quedó ayer pequeña para acoger el homenaje del mundo académico y universitario a un pionero de la investigación botánica en Asturias, José Antonio Fernández Prieto, fallecido de forma repentina el pasado mes de noviembre. La primera Jornada de Divulgación Científica, que lleva su nombre, reunió a colaboradores, discípulos, amigos y alumnos suyos en un acto pleno de emoción que tuvo en la familia del catedrático fallecido, su mujer y sus tres hijos, unos testigos de excepción.
El decano de Biológicas, José Manuel Rico, fue el encargado de abrir una jornada que nace con vocación de continuidad con un objetivo claro: concienciar a la sociedad y a la población universitaria de asuntos relacionados con la biología, tales como conservación de hábitats y especies, biodiversidad o desarrollo sostenible.
El biólogo Víctor Vázquez relató episodios poco conocidos de la botánica de Asturias sobre los que tuvo oportunidad de investigar junto a José Antonio Fernández Prieto, como la influencia que la presencia del ejército francés en Asturias durante la Guerra de la Independencia tuvo para las primeras investigaciones sobre la flora cantábrica, por el impulso de personajes como el militar Bory de Saint-Vicent. Álvaro Bueno tuvo ocasión de hablar sobre las aportaciones a la botánica de Fernández Prieto y Eduardo Cires, uno de sus discípulos, habló sobre las aplicaciones que sus descubrimientos han tenido para la biología molecular. Entre los muchos asistentes se encontraba Tomás Emilio Díaz, exdecano de la facultad de Biología, y coautor junto a Prieto y y otros profesores universitarios de León, Ángel Penas, y del País Vasco, Javier Loidi, del libro "La vegetación de la Alta Montaña Cantábrica: los Picos de Europa".
