El primer intento de pactar un marco presupuestario para la UE después del "Brexit" concluyó ayer con el fracaso esperado y la imagen prevista de bloqueo y fractura entre los países más ricos y los más partidarios de enfatizar los mecanismos de solidaridad en el club de los 27, entre ellos España. La delegación española salió de la cumbre extraordinaria calificando con un "muy insuficiente" la última propuesta para el marco presupuestario de la Unión entre 2021 y 2027, aún más restrictiva que la proposición de partida divulgada a finales de la semana pasada. La presión de los estados autodenominados "frugales" -Austria, Holanda, Suecia y Dinamarca- logró contraer aún más la propuesta que el Consejo hizo la semana pasada, airadamente cuestionada desde España por excesivamente restrictiva.

Los estados "amigos de la cohesión" del Sur y Este del continente, entre los que se cuenta España, cuestionan la excesiva influencia del bloque "frugal", incoherente a su juicio con el peso demográfico y económico que tiene, y el desencuentro de ayer aplaza todas las decisiones, tal y como estaba previsto, hacia un momento indeterminado de las próximas semanas, probablemente ya en marzo. Queda en el aire el marco presupuestario de la Unión y con él la dimensión de un recorte que amenaza a muchos posibles damnificados en Asturias, toda vez que la propuesta emanada el pasado viernes del Consejo Europeo proponía rebajas drásticas en dos políticas esenciales para la región como los fondos agrarios (un 14 por ciento) y los de cohesión (un 12). En este aspecto clave, la cumbre europea que empezó el jueves y terminó ayer únicamente dejó entreabierta una mínima rendija en la puerta de la futura Política Agrícola Común (PAC), para la que los líderes europeos -sobre todo ha sido el gran caballo de batalla de Francia y España-, habían conseguido un acuerdo que limitaba notablemente el volumen del recorte previsto: la dotación de la PAC habría subido de los 329.300 millones de euros en los que la situaba la propuesta de partida del Consejo hasta una cifra de 375.000 millones más próxima a los 382.500 del septenio en curso, 2014-2020. Eso está también, no obstante, igual de indefinido que todo lo demás, habida cuenta de la flagrante falta de acuerdo entre los líderes europeos sobre los criterios generales del presupuesto.

En Asturias, mientras tanto, se suceden las reacciones que se previenen contra los efectos del tijeretazo europeo. La diputada socialista María Luisa Carcedo puso voz ayer a la "preocupación de los socialistas españoles y europeos y del conjunto de la Eurocámara". La exministra de Sanidad asume que todo está aún en "una fase muy previa de negociación" y que "desde la Comisión se pretende reorientar el presupuesto para dar respuesta a las necesidades nuevas que aparecen, realidades innegables como la transición ecológica o la transformación digital", pero tampoco se le escapa que "esto no puede hacerse a costa de un recorte radical tanto del pilar social como de la PAC".

En sintonía con la rebelión de los estados que comparten las posiciones muy críticas de España, la parlamentaria asturiana da por hecho que "esa propuesta debe ser mejorada. No es admisible este recorte tan tremendo, sobre todo porque sus consecuencias van a agudizar un problema de desequilibrios territoriales que estamos viviendo en España y en toda Europa. Tenemos que repensar esto de otra manera", remata.