"El cabrales no tiene nada que envidiar a ningún otro queso. Está en lo más alto", resaltó Jéssica López, presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida "Cabrales", entidad que recibió ayer los atributos de "Asturiano del mes" del pasado agosto por su extraordinaria labor de casi cuarenta años en favor de esa variedad quesera, una de las joyas gastronómicas de la región.

Jéssica López subrayó que el queso de Cabrales está consiguiendo la incorporación de cada vez más mujeres jóvenes a un sector dominado hasta hace unos decenios por los hombres, al menos de cara al exterior. "Las mujeres siempre elaboraron queso, pero era el nombre de sus maridos el que figuraba al frente de las queserías, esa tendencia está cambiando", apuntó la presidenta del Consejo, ganadera y elaboradora de la localidad de Sotres.

"Estamos orgullosos de recibir este premio que reconoce el valor de un producto ancestral", indicó López tras recibir los tres atributos que dan cuenta de la concesión: la reproducción de la página del periódico que informa sobre la distinción, una caricatura de Pablo García y la estela creada por el artista José Manuel Legazpi.

La quesera cabraliega estuvo acompañada por el secretario del Consejo Regulador, Jairo Huerdo, y dos vocales de la entidad cabraliega, Carlos Soberón y Ramón Huerdo. La subdirectora general de LA NUEVA ESPAÑA, Ángeles Rivero, resaltó que el premio, "sencillo pero apegado a la tierra y entregado con rigor, sentimiento y corazón", da cuenta del "compromiso del periódico con el campo asturiano", del que el queso de Cabrales es "uno de los principales iconos". "Valoramos vuestra labor, vuestra tenacidad y vuestra perseverancia, añadió Rivero. También participaron en la entrega el director de LA NUEVA ESPAÑA, Gonzalo Martínez Peón, y el exdirector Melchor Fernández Díaz.

La presidenta del Consejo Regulador del cabrales reveló que la entidad ya está "en fase de ideas" con vistas a la preparación del próximo certamen del queso, que se celebrará en Arenas el último domingo de agosto, y que, según reveló, será "muy especial", porque cumple medio siglo de vida.

Los representantes de la entidad que controla la producción y vigila la calidad del queso resaltaron que al "privilegio" de elaborar un producto artesano en un territorio de una extraordinaria belleza se contraponen las "dificultades" que suponen la complicada orografía y el hecho de que el concejo esté "muy apartado" de las áreas urbanas, lo que dificulta "el trabajo con el ganado y la producción".

Por otra parte, el Guinness World Records certifica que el queso cabraliego sigue siendo el más caro del mundo.

Jéssica López, recibió ayer “encantada”, con una mezcla de alegría y satisfacción, la ratificación por parte de Guinness World Records que el más internacional de los quesos artesanos es el más caro del mundo, una distinción que logró por segunda vez el pasado mes de agosto, durante el Certamen de Arenas, al pagar un hostelero, tras una emocionante subasta, 20.500 euros por una pieza de poco más de dos kilos. Se batía así el récord mundial alcanzado por el queso cabraliego durante el mismo certamen el año anterior.

Guinness World Records, tras realizar las comprobaciones pertinentes, ha procedido a certificar la marca y a incluir el récord en su libro de registros. En la puja participaron quince establecimientos nacionales e internacionales, uno de ellos de Dubái. Jéssica López conoció la certificación de Guinness World Records momentos antes de recoger ayer el premio “Asturiano del mes” de agosto de LA NUEVA ESPAÑA.

Hay también una “cara B”, porque el queso de Cabrales aún tiene “muchas batallas abiertas”; una de ellas, el fraude. “Es cierto que cada vez hay menos y en Asturias casi nada, pero fuera todavía se venden como cabrales piezas que no lo son”, señaló López, quien resaltó la dificultad que entraña luchar contra las falsificaciones “con solo tres empleados”, los que tiene el Consejo Regulador. Esta circunstancia hace “imposible” controlar “todos los supermercados de España”. Además, las denuncias “no suelen llegar a ningún lado y a algunos falsificadores les compensa pagar las multas”, indicó Ramón Huerdo, vocal del Consejo del cabrales.

Donde sí se registra “mucho fraude” es en restaurantes, pues en algunos de ellos se “venden” salsas de cabrales que no lo son en realidad. Es “un fraude que no se ve”, indicó el secretario del Consejo Regulador, Jairo Huerdo.