En ella, explican los expertos de la Universidad de Oviedo, se incrementarán la energía y la luminosidad, es decir, "la cantidad de colisiones por segundo y a lo largo de la toma de datos". Esto hace, agregan, que "se puedan producir hipotéticas nuevas partículas de alta masa y estudiar sus propiedades". Algunos modelos teóricos favorecen la desintegración de esas partículas en muones de alto momento, de ahí la importancia, dicen los físicos asturianos, de identificarlas correctamente. "En un experimento como CMS, la reconstrucción e identificación de muones se vuelven más complicadas al aumentar su energía, por lo que se deben desarrollar nuevas técnicas y algoritmos", detallan.
El Grupo de Física Experimental de Altas Energías, que forma parte del Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías Espaciales de Asturias (Ictea), tiene una larga experiencia en el acelerador LHC. El proyecto es, en realidad, una cámara de fotos gigantesca -pesa 13.000 toneladas, un 30 por ciento más que la Torre Eiffel- que permite obtener imágenes tridimensionales de los procesos de colisión de protones del acelerador.