La resistencia de un sistema sanitario sometido a un exigente test de estrés va a necesitar más músculo cuando se relaje la pandemia. El presidente del Principado llevó ayer esa certeza al segundo pleno semipresencial y de voto telemático en la Junta, donde guiado por las preguntas de la oposición viajó adelante en el tiempo, hasta el paisaje de después de la crisis sanitaria, y anticipó que la urgencia de dar prioridad a los estragos del nuevo coronavirus determinan que "vamos a tener un problema con las listas de espera que habrá que afrontar". "Es lógico". "Los esfuerzos se han volcado en el covid-19 y hay tiempos que recuperar". Era la respuesta de Adrián Barbón a su tocayo y paisano Pumares, portavoz de Foro, que había puesto sobre su mesa la carencia de médicos como "una constante innegable en Asturias".

Las 1.243 contrataciones "a mayores" con las que el Presidente trató de atajar la queja se van a mantener, o ese es su "propósito", de momento durante la fase de desescalada. Seguirán por las necesidades de mantener el doble circuito de circulación en los centros sanitarios -uno para el covid-19, el otro para el resto de las patologías- y "porque el personal sanitario necesita descansar". Sin concreciones, la previsión de un impacto colateral sobre el sistema le hace decir que "habrá que hacer más contratos después de este durísimo tiempo" y le lleva a dejar caer que también necesitará más dinero, que la reorganización pendiente del presupuesto ha de ser tutelada por la necesidad de "dar prioridad a la salud". Rematará con su convicción de que la primera obligación sigue siendo la sanitaria y con la demanda adicional de que aparte del fondo de compensación ya anunciado "debe haber" otro "de reconstrucción y reactivación económica".

En una atípica sesión con sólo trece diputados en el hemiciclo y los 32 restantes escuchando y votando telemáticamente, la oposición se interesó mucho por el futuro de la sanidad desde distintos flancos. A preguntas de la portavoz del PP, Teresa Mallada, Barbón garantizó que el cierre de algunos consultorios periféricos, decretado al inicio de la crisis para reorganizar los dispositivos de atención sanitaria, es "una medida provisional" y que "no está previsto el cierre de ninguno", pero no ofreció ante la insistencia de Pumares fechas concretas ni aproximadas para la reapertura.

El Presidente no dejó escapar la oportunidad para el elogio de una respuesta sanitaria "que está teniendo reconocimiento a nivel nacional" y que a su juicio resiste muchas comparaciones con lo sucedido en el resto de España. Defendió ante Mallada el hospital de campaña del recinto ferial de Gijón porque con él, pese a no necesitar usarlo, "el Gobierno anticipó la respuesta, no como en otros lugares, donde los centros se saturaron y la gente moría en los pasillos", y dejó en el aire, sin réplica, entre otras la propuesta de la portavoz popular de añadir en reconocimiento a los trabajadores sanitarios "un plus de esfuerzo", "una paga acumulativa a las existentes".

Más allá del debate, la Junta dio luz verde ayer, pese al voto en contra de Vox y la abstención de IU, a la moción con la que Ciudadanos quiso instar al Gobierno del Principado a tener listo en un mes un plan de reestructuración y refuerzo de la atención primaria que "la rearme" ante los últimos coletazos de la pandemia y los posibles rebrotes. Se pide un estudio epidemiológico de la población asturiana o protocolos específicos de salud escolar y un nuevo plan de salud mental. La estrategia reclama igualmente un robustecimiento de la atención sanitaria en las residencias de mayores, cuyas carencias fueron el objeto de la pregunta al presidente de la portavoz de la formación naranja, Laura Pérez.

La diputada lamentó la "vergüenza nacional" de la inflación de fallecimientos en unos centros sobre los que Asturias actuó en su opinión "sin previsión" y tarde, con los muertos por delante y a partir de que "la Fiscalía fue el factor detonante". Barbón admitió errores, "como todas las administraciones". Asumió que sabiendo lo que se sabe hoy "habríamos actuado de otra manera", pero una vez más creyó salir victorioso de la comparación. Junto a tragedias hubo triunfos, destacó: "Casi el setenta por ciento de los infectados en residencias se han curado", "el 85 por ciento de los residentes han fallecido en hospitales y el resto en residencias medicalizadas. Algunas autonomías siguen sin medicalizar ni una sola residencia".

Tuvo el pleno semipresencial de ayer, además de toda esa carga de propuesta viral, su momento de cortejo político. Aprovechó el presidente el momento para tender la mano. En su respuesta a la portavoz de Podemos, y viendo que crecen las voces que desde dentro y fuera de la organización incitan a la formación morada a plantearse un acercamiento al PSOE, Adrián Barbón oficializó su oferta mirando mucho a Moncloa y al Gobierno que comparten. socialistas y morados. "Esperaba la mano tendida", le dijo a Lorena Gil. "Es fundamental que Podemos decida si quiere ser parte de la propuesta más allá de la protesta, ser útil a la gobernabilidad de Asturias y dejar su impronta en las reformas". "Le invito a que colabore", concluyó, a que "busque acuerdos que garanticen la gobernabilidad y el diálogo", a que "imite el palnteamiento que su formación hace a nivel nacional dentro del Gobierno de coalición, dando respuestas progresistas a los problemas ".

El Principado recibió ayer de la Junta, por otro lado, el mandato de presionar al Ejecutivo central para que permita a los ayuntamientos destinar sus ahorros, el superávit de 2019 y el remanente de tesorería, a atender las necesidades de la pandemia. La propuesta venía del PP y salió adelante con la abstención de Podemos, pero no sin que antes los proponentes recibiesen algún reproche, sobre todo desde la izquierda, por la responsabilidad de los gobiernos populares en las restricciones de gasto a los municipios.