En las playas "no hay ningún tipo de peligro", pero "de forma general habrá que controlar el aforo y respetar el distanciamiento social". Así lo aseguró ayer, en la rueda de prensa en la que se otorgaron las banderas azules de 2020, la Secretaria de Estado de Turismo, Isabel María Oliver. Su departamento ultima una guía para reducir los contagios por covid-19 en las playas y que tendrá como bases, según avanzó, el aforo y el distanciamiento interpersonal. "Son dos cuestiones que hay que aplicar. No por controlar el aforo desaparece el distanciamiento", insistió. Un plan de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac), elaborado con el apoyo de 131 investigadores procedentes de 11 países, recomienda guardar cuatro metros de separación entre bañistas, ya que "dos metros no son suficientes por la acción del viento" en los arenales. El documento aconseja eliminar las duchas en las playas, señalizar las zonas de baño con postes, carteles o boyas "si no hay un número suficiente de socorristas", y evitar los rescates cuerpo a cuerpo. Desaconsejan así hacer el boca a boca y optar por otros métodos, como el balón resucitador. Los expertos recomiendan "evitar al máximo los rescates", trabajando en la prevención. Y en el caso de tener que atender una emergencia, no entrar en el agua. "El rescate cuerpo a cuerpo está totalmente desaconsejado y se debería evitar siempre, ya que el riesgo de exposición frontal es muy elevado", recoge el texto. Existen alternativas, como el uso de "drones, bolsas o cuerdas de rescate, embarcaciones, motos acuáticas, tablas de paddle surf, tablas de rescate rígidas o tubos de rescate".