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Madrileños, sean bienvenidos

Alcaldes y empresarios del Oriente niegan que haya "madrileñofobia" y se muestran deseosos de recibir turistas de Madrid y de otras regiones

Turistas en Llanes antes de la pandemia.

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, abrió la caja de los truenos el pasado sábado cuando indicó que España necesitaba "una norma de salud pública que permita prohibir la movilidad entre determinados territorios en una situación de pandemia". El presidente murciano, Fernando López Miras, remató calificando de "incoherente" la movilidad entre comunidades. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, se dio por aludida y se quejó amargamente de la "madrileñofobia" que ha crecido en el país durante la pandemia. Muchos ven a los madrileños como si de "grandes contagiadores" se tratase y en algunos lugares se les ha declarado poco menos que "personas non gratas". Para Ayuso, los madrileños han hecho un gran esfuerzo por superar el covid-19 y son inaceptables esos mensajes de rechazo "desde el terruño". Feijóo ha terminado matizando sus palabras y ahora dice que los madrileños son bienvenidos en Galicia. Hasta el epidemiólogo Fernando Simón se ha visto obligado a pedir que se huya de la "madrileñofobia" y a afirmar que "no hay que tener ningún miedo".

El caso es que Feijóo no es el primer presidente que hace declaraciones que podrían malinterpretarse. Hace unas semanas, el presidente asturiano, Adrián Barbón, pidió a las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y a la Delegación del Gobierno que fuesen "contundentes" en el control y la sanción de las personas que llegasen a Asturias procedentes de otras provincias, pensando en los numerosos madrileños, vascos y catalanes con segunda vivienda en la región, sobre todo en el Oriente.

El caso es que este veto no ha impedido un goteo de familias madrileñas y de otras regiones hacia sus segundas residencias por toda Asturias, desde Cudillero a Llanes, desde Tapia a Somiedo. Muchos han preferido el riesgo de que les diesen la vuelta con una fuerte multa antes que quedarse en Madrid en la época en la que los contagios estaban disparados. Y hay dudas legales de que no tuviesen libertad de elegir en qué comunidad pasar el confinamiento.

El miedo es comprensible, y toda precaución es poca. Pero después de tres meses con la actividad económica congelada, comienzan a entrar en juego otros factores diferentes de los estrictamente sanitarios. Hasta el alcalde de Peñamellera Alta, José Antonio Roque (Foro), que se jactaba el pasado mayo de haber denunciado y echado a "un jeta que vino de Madrid", se muestra ahora menos beligerante. "Ni los madrileños, ni los vascos, ni los catalanes son apestados. No podemos estar cerrados a otras comunidades, aunque tenemos que tener un poco de control", cree. Roque admite que el turismo se vería muy perjudicado si no llegasen este verano. "No va a quedar otro remedio, pero por encima de todo está la salud. El turismo es un sector primordial para el Oriente", añade. No obstante, también indica que "el mayor peligro es para los concejos pequeños como el mío, con mucha gente mayor". A José Antonio Roque no se le olvida que su concejo es uno de los pocos de Asturias sin un solo contagio, y le gustaría que esa situación se mantuviese. Y es que con una tasa de inmunidad inexistente, la entrada del virus podría ser letal.

En Llanes son también conscientes de la envenenada disyuntiva del turismo. "Llanes es un concejo abierto, que acoge a la gente de fuera", afirma el alcalde llanisco, Enrique Riestra (Vecinos por Llanes). "El sector turístico está ansioso por prestar los servicios y levantar la temporada", añade. Riestra no pone ninguna pega a la llegada de turistas, "siempre y cuando tengamos asegurado el tema de la salud. Las autoridades sabrán cuándo, cómo y por qué hacen las cosas. Solo deseamos que se hagan con normalidad y prudencia, y que salgan bien". Lo que sí quiso dejar claro es que los llaniscos, de "madrileñofobia", nada.

Ni qué decir tiene que los empresarios están deseando recibir a cuantos más turistas mejor y salvar así una temporada que cada vez se ve con menos nubarrones. Saúl Pascual, presidente de la Asociación de Empresarios de los Picos de Europa (Incatur), lo tiene claro: "Yo, esa 'madrileñofobia' no la he notado, no la he palpado, ni siquiera ahora con la pandemia. Al Oriente vienen muchos y bienvenidos que son, siempre y cuando el Estado haga que abramos con seguridad y con unos protocolos de actuación". Para Pascual, "es muy importante la afluencia de madrileños y residentes en otras regiones a Asturias; un verano sin madrileños se notaría".

Este empresario no ve "ahora la situación tan mal como hace un mes o dos, cuando se pensaba que quizá no se podría abrir en verano". Eso sí, admite que "la cosa está un poco con pinzas". "Estamos tratando de cumplir la normativa, informando a los socios de los protocolos de actuación. Algunos van a lo mínimo, otros a una mayor seguridad", indica. Y llama la atención sobre lo cambiante de la normativa. No obstante, expresó su confianza "en que salvemos algo". Lo dicho: de apestados a bienvenidos, o la realidad imponiéndose a los miedos.

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