La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La pandemia agudiza la crisis demográfica asturiana, que vive su peor inicio de año

Marzo y abril suman 327 muertos más que en 2019 y unidos al desplome de los nacimientos restan más de 2.000 habitantes a la región

La pandemia agudiza la crisis demográfica asturiana, que vive su peor inicio de año

El repunte de la mortalidad en plena pandemia no alcanzó en Asturias ni de lejos los excesos dramáticos de otras autonomías, pero cualquier brizna de aire puede desequilibrar la demografía más frágil de España. La prueba la tiene el primer cuatrimestre de 2020, que abarca el primer mes y medio de expansión del covid-19 y que incluso en esas circunstancias de impacto moderado ha sido el peor que recuerda la estadística de la población asturiana: la inflación de los fallecimientos se ha confabulado con la peor cifra de nacimientos en los cuatro primeros meses del año -1.391- para dar con una resta preocupante.

La región se ha dejado en este camino -contando solamente la diferencia entre alumbramientos y muertes, sin considerar el factor corrector del intercambio migratorio- 3.666 habitantes en cuatro meses, la cifra más abultada de la que existe memoria estadística. El desgaste avanza a un ritmo más que preocupante, insólito incluso para Asturias, de treinta de media al día. Si se aíslan marzo y abril, los dos meses de máxima virulencia del coronavirus, la merma supera las 2.000 personas y también es la más alta en dos mensualidades consecutivas desde que hay constancia.

Y eso que el impacto del virus en la mortalidad ha sido relativamente condescendiente con Asturias. El exceso de todo marzo (72 muertos más que el año pasado) y abril (255) suma 327 en dos meses, lo que otorga otro dato para el baile de cifras del covid-19: a 30 de abril, el Principado contabilizaba 273 fallecidos por covid-19 en mes y medio de pandemia; a día de ayer, 332.

Ni marzo ni abril han sido, no obstante, los meses con más muertos en el registro histórico asturiano. Aun así, los males estructurales de la demografía asturiana hacen que la región acuse cualquier pequeño golpe. Como quiera que en este inicio de año lo que sí se ha desplomado como casi nunca es el recuento de nacimientos y que marzo y abril son los peores meses de la serie en este aspecto, el resultado final está a la vista. Lo constatan los datos actualizados ayer por la Sociedad de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), que advierte no obstante de que el recuento es provisional y de que a partir del 15 de marzo está "condicionado por el estado de alarma": cada día, entre enero y abril, murieron de media treinta personas más de las que nacieron y el promedio sale a algo más de once alumbramientos por jornada frente a 42 defunciones. En marzo y abril, peor. El promedio diario de muertes apenas se modifica, el de nacimientos no llega a nueve.

Las señales de que el desplome ha acrecentado su ritmo de avance se perciben en las comparaciones. Los 3.666 habitantes que Asturias perdió hasta abril por motivos estrictamente vegetativos -por la diferencia entre nacimientos y defunciones- casi son ya la mitad de los que el Principado restó en total en 2019, el año más negativo de la negra historia demográfica asturiana, con 7.742 muertes más que alumbramientos. Los primeros cuatro meses del año contaron 319 nacimientos menos y 322 muertes más que en el mismo periodo de 2019. En sólo ocho años, desde 2012, los alumbramientos del ejercicio, contados hasta abril, se han reducido en más de mil.

Una concatenación de factores a la que se ha unido este año el covid-19 agudiza así la prolongada crisis que hace de Asturias la autonomía española con peores cifras de natalidad y mortalidad invariablemente desde mediados de los años ochenta del siglo pasado. Los intercambios migratorios, contrapeso natural de aquel fracaso, llevan unos años regenerando la población asturiana, pero todavía de forma insuficiente: la población extranjera, por ejemplo, creció en 2019 más que nunca desde la crisis, pero Asturias también fue en ese año la segunda región del país con menor progreso de este sector de su censo.

Compartir el artículo

stats